Vuelta a la (nueva) normalidad
Pero ya ven como el año que hemos pasado no ha tenido nada de simple ni de normal
alicante
Con la normalidad de vuelta, convendría no olvidar lo que nos ha permitido que estas fiestas sean muy diferentes de las del año pasado. En las que miles de personas estaban confinadas, todavía llevamos mascarillas en todas partes, para muchas familias no hubo celebraciones y ya empezaba a asomarse la variante ómicron que nos hizo temer lo peor.
Estos días las playas se llenan con gorritos de Papa Noel, lo del cambio climático es una anormalidad que no deberíamos olvidar, pero eso es harina de otro costal; los hoteles van a terminar el año con una ocupación superior al 80 %; han vuelto las cenas de empresa a los restaurantes; y apenas hay restricciones -salvo el uso de mascarillas en centros sanitarios, en residencias de mayores y en el transporte público-.
Ahora convendría no olvidar lo que nos ha traído hasta aquí. La ciencia y las vacunas -para eso pagamos impuestos-, las decisiones políticas, el esfuerzo colectivo...
Hace un año nos referíamos a la nueva normalidad; ahora, simplemente hablamos de la normalidad, de la bendita normalidad que teníamos antes de la pandemia, eso es lo que afortunadamente hemos recuperado.
Pero ya ven como el año que hemos pasado no ha tenido nada de simple ni de normal. No olvidemos lo que hemos aprendido.