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El Ángel Custodio y la Casa de la Ciudad

En La València Olvidada Pepa Pascual nos cuenta cómo era la Casa de la Ciudad, ubicada en el espacio que ahora ocupa el jardín del Palau de la Generalitat

En La València Olvidada Pepa Pascual nos habla de la desaparecida Casa de la Ciudad junto a la estatu del Ángel Custodio

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València

Nos ubicamos junto a la estatua del Ángel Custodio, al inicio de la calle Cavallers. Se trata de una estatua que generalmente pasa bastante desapercibida por los viandantes, que se van fijando más en los magníficos monumentos que hay en los alrededores como la Basílica dels Desemparats, la catedral o el Palau de la Generalitat. Pero nos vamos a detener en esta pequeña estatua y su entorno más inmediato porque vamos a hablar de la primitiva Casa de la Ciudad (lo que sería en época medieval el Ayuntamiento) y veremos la relación de este edificio con el ángel aquí representado.

Del Palau Real a la Casa de la Ciudad

Después de la conquista de la ciudad por Jaume I, éste estableció su residencia en el Palau Real, en la zona de los actuales jardines de Viveros, y otorgó a la ciudad un primer código civil denominado Costum para posteriormente pasar a la legislación más completa recogida en el Furs. Inicialmente el gobierno municipal era la curia, magistratura unipersonal con función eminentemente judicial y militar que fue ampliándose a lo largo de los siglos hasta configurarse un gobierno estable, mucho más complejo y con más cargos que acabó configurando el Consell Municipal definitivo hacia el año 1266.

En el siglo XIII, los miembros del gobierno municipal se reunían para sus sesiones en la llamada “Sala de la Cort” que estaba situada muy cerca de esta estatua del Ángel Custodio, en la actual plaza de la Almoina, en el lugar que anteriormente había ocupado la rawda o cementerio real musulmán dentro del Alcázar. Por cierto, parte de este cementerio se descubrió en las excavaciones de la Almoina en el año 1985.

Pero este edificio pronto quedó pequeño y, en 1311, els Jurats solicitaron a Jaume I permiso para venderlo y comprar una casa más grande situada frente a la catedral en la antigua plaza de la Hierba (hoy Plaza de la Virgen).

En las décadas posteriores se fueron adquiriendo edificios contiguos en la misma manzana que se adecuaron para instalar los calabozos municipales y las salas destinadas a los tribunales de lo criminal, civil y el llamado de 300 sueldos, que era el encargado de las causas económicas de poca cuantía.

Un edificio del que no queda nada

Ya a mediados del siglo XIV se decidió construir un gran edificio para uso exclusivo del Consell que fue teniendo sucesivas reformas hasta constituir un magnífico palacio de grandes dimensiones, con dos grandes torres en la fachada principal, que ocupaba el lugar donde nos encontramos y que estaba separado del Palau de la Generalitat por una calle intermedia (carrer dels Ferros), hoy totalmente desaparecida.

Parte de las rejas que cerraban esta calle se llevaron posteriormente a la Lonja y hoy las podemos ver en el salón columnario, cerrando el acceso de la escalera de caracol que conduce a la torre.

De este primer edificio se conserva la lápida fundacional de 1376 sobre un bloque de piedra que tiene en una cara una inscripción romana dedicada a la esposa del emperador Alejandro Severo (año 225-226 d. C) y, en otra de las caras un texto en letra gótica conmemorativo de las obras de reforma de la Casa de la Ciudad.

La Casa de la Ciudad llegó a ser un edificio monumental, al estilo de los palacios góticos del momento y las principales estancias se decoraron de manera suntuosa de tal manera que en algunas decoraciones llegó a rivalizar con el propio Palacio Real.

Figuras de todos los reyes de la Casa de Aragón

Las principales salas de la Casa de la Ciudad fueron la Sala del Consell, donde estaban las tablas pintadas con las figuras de todos los reyes de la Casa de Aragón. Se calcula que habría unas 15 tablas y se cree que los 4 retratos de monarcas conservados en el Museu Nacional d’Art de Catalunya provenían de esta sala.

También estaba el Salón del Consejo Secreto donde se habilitó en 1395 una capilla con un altar bajo la advocación de San Miguel Arcángel, y aquí llegamos a la relación de la Casa de la Ciudad con la figura del ángel custodio que estamos viendo hoy, ya que éste es una réplica de la que había en origen en esa capilla.

La pieza original se encuentra en el museo Histórico de València (en el propio Ayuntamiento) y está hecha de papel policromado (el mismo material del que está hecha la imagen de la Virgen de los Desamparados) y data del siglo XV, mientras que la que tenemos aquí delante es de bronce, obra de Florencio Ramón Ruiz y fue colocada en este lugar en el año 1967. No debemos olvidar que el Ángel Custodio fue proclamado por los Jurados protector de la ciudad y del reino, y es una de las figuras más representadas en la iconografía valenciana tanto en edificios como en obras pictóricas.

De esta misma capilla de la Casa de la Ciudad procede una de las obras pictóricas más relevantes de un autor flamenco conservadas en Valencia. Se trata del tríptico del Juicio Final del pintor Vrancke van der Stockt, comprado en el año 1494 por los Jurados y que, después de la demolición de la Casa de la Ciudad en 1854, quedó extraviado durante décadas hasta que en el año 1900, Tramoyeres descubrió casualmente la tabla central en el convento de San Gregorio, donde había sido llevada sigilosamente para salvarla de su destrucción.

La última de las grandes salas representativa de la Casa de Ciudad sería la denominada Sala Daurada, así llamada por el magnífico artesonado dorado que tenía en el que se representaban motivos de personajes fantásticos, bustos de profetas y el escudo de la ciudad y que desde 1927 se ubicó en el salón del Consolat del Mar dentro de la Lonja, donde actualmente puede ser admirado por todos los visitantes.

Un incendio acabó con el edificio

El destino final de la Casa de la Ciudad fue su derribo entre los años 1854 y 1860 después de sufrir un aparatoso incendió que dañó toda la estructura y que pese a los proyectos de una posible reconstrucción acabó finalmente desapareciendo.

Las dependencias del Ayuntamiento se trasladaron entonces a la Casa de Enseñanza del Arzobispo Mayoral, donde fueron poco a poco ocupando todo el edificio y este es el origen de la Casa Consistorial de la Plaza del Ayuntamiento que hoy conocemos.

TEXTO: PEPA PASCUAL

 

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