Una necesidad y una ausencia: la conexión ferroviaria con el aeropuerto y el palacio de congresos de Alicante

Alicante

Optimismo e incertidumbre. O si quieren, optimismo en un entorno de incertidumbre provocado por la situación económica y la inflación y por la guerra en Ucrania. Este es el resumen del primer día de FITUR. Es la primera feria turística pospandemia, pero a la hora de analizar la situación seguimos utilizando parámetros pandémicos. El mantra es: aunque la cosa pinta bien, seamos prudentes.

En cualquier caso, ya sé que no soy nada original porque lo que nos pasa a nosotros -en la Comunitat Valenciana, en la Costa Blanca y en Alicante- es lo mismo que le pasa al resto de destinos turísticos, sean maduros o se hayan enganchado recientemente a esta necesidad humana. Me refiero a viajar.

También coincidimos a la hora de apostar por la tecnología -dentro de ellas, el metaverso ha empezado a mostrar su cara virtual- y la sostenibilidad. En esto, tampoco somos originales. Además, si exigimos tener entornos sostenibles en nuestros lugares de residencia, obviamente los vamos a reclamar en las localidades turísticas.

Y para finalizar, una necesidad y una ausencia que en este caso sí que son particulares. Por una parte, la conexión ferroviaria con el aeropuerto, aunque de ella se ha hablado durante las pasadas semanas, pero hay que insistir en el tema. Y lo que de momento brilla por su total ausencia, es el palacio de congresos de Alicante. A alguien se le ha debido olvidar.