Treinta años después del hallazgo, el 27 de enero de 1993, de los cuerpos de Miriam, Toñi y Desirée, la investigación del triple crimen de Alcàsser mantiene abiertas varias vías de análisis que buscan constatar que Antonio Anglés participó en los hechos, pero que podrían dar lugar a nuevas revelaciones. Los jueces de la Audiencia Provincial de Valencia (en una sentencia que fue ratificada por el Tribunal Supremo) consideraron probado que las tres niñas de entre 14 y 15 años fueron raptadas el 13 de noviembre de 1992 por Miguel Ricart (único condenado), otro varón identificado que no fue detenido (Anglés) y «posiblemente alguna otra persona más». La instrucción judicial de este crimen, de la que es responsable el Juzgado número 6 de Alzira, está completamente agotada, aunque queda abierta una pieza dedicada exclusivamente a la localización de Anglés, uno de los prófugos más perseguidos de toda Europa. En el marco de esa pieza, en los últimos meses la Asociación Laxshmi (personada en la causa desde principios de 2021), que ejerce la acusación popular, ha solicitado al instructor varias pruebas periciales que fundamentalmente persiguen apuntalar la acusación contra Anglés mediante la búsqueda de restos suyos en los escenarios del crimen o en las prendas de las víctimas. Según recuerda el criminólogo Félix Ríos, fundador de Laxhsmi, en abril de 2021 se solicitó el examen de los vehículos de Ricart y Anglés, una petición a la que el juzgado accedió seis meses después y que resultó infructuosa porque la continuada exposición al sol de los posibles restos de ADN hacía inviable su análisis. Sin embargo, de esta pericial queda pendiente el análisis de unos fragmentos de pelo y de unos recortes de tapicería -en los que podría haber restos de sangre- que fueron extraídos de una zona en la que, según el testimonio de Ricart, sangró una de las chicas al ser golpeada por Anglés. En junio de 2021 esta misma asociación solicitó nuevos análisis de ADN de varias prendas de vestir de las niñas, a las que el juzgado accedió en octubre, junto con las anteriores (los vehículos de los procesados), que están pendientes. En noviembre de 2021 se presentó un detallado informe sobre cómo pudo desarrollarse la huida de Anglés y se solicitó al juzgado que reclamase la ayuda del Reino Unido e Irlanda para que permitiesen el acceso de determinadas bases de datos de restos humanos por identificar. En este sentido, Ríos explica que «hay algunas de estas bases de datos que no están compartidas, como sucedió con los cráneos hallados en las costas irlandesas, cuyo análisis se pidió, pues los restos no pertenecían a Anglés». En el marco de este nuevo informe, se pidió que se remitiese una comisión rogatoria a las autoridades irlandesas para que localizasen la documentación incautada por la tripulación del carguero City of Plymouth -supuestamente Antonio Anglés embarcó clandestinamente en él el 18 de marzo de 1993 desde Lisboa con destino de Dublín- y que posiblemente sea la de un toxicómano que pudo acoger a Anglés en la capital portuguesa. En la misma petición se solicita la identificación del periodista que pudo tratar de comunicarse telefónicamente con ese polizón. En marzo de 2022 la asociación Laxshmi solicitó que se identificase con técnicas modernas de ADN los cráneos de las tres víctimas, que fueron analizados en su momento con técnicas antropométricas y por los efectos personales. «No es que pensemos que no son ellas, pero si algún día se encuentra a Anglés se podría llegar a cuestionar su identidad. Queremos hacer las cosas bien», apunta Ríos. Los cráneos se conservan en el Instituto Nacional de Toxicología y para su correcto análisis se deberían comparar las muestras con los perfiles genéticos de sus padres. Esta solicitud fue denegada por la jueza instructora, pero la acusación particular ha recurrido a la Audiencia Provincial de Valencia. En mayo de 2022 -el juzgado lo acordó en julio- se solicitó el análisis de la moqueta con la que se envolvieron los cuerpos de las niñas en la fosa y otros restos. Entre ellos, una sábana blanca que cubría un colchón de espuma en la parte superior de la caseta de La Romana, fibras de un colchón hallado en el mismo lugar, ropa interior de Toñi, la camiseta de Desirée y la camiseta de Miriam, alguno de los cuales dieron positivo en su momento en reactivos que indicaban posible presencia de semen o sangre. En septiembre de 2022 -el juzgado lo acordó en noviembre- Laxhsmi presentó un último informe en el que solicita tener acceso para su análisis a un papel mojado que fue hallado en la fosa y sobre el que, en su día, se practicaron análisis que resultaron infructuosos. La referida acusación popular cree que existe la posibilidad de que, mediante técnicas modernas, pueda tratar de descifrarse si existe algún tipo de tipografía, dibujo o numeración que pueda permanecer velado en este papel, del que se sospecha que pueda ser un billete de autobús o una entrada.