'El desastre de Ventanilla', dos pescadores peruanos recuerdan en Alicante el vertido de petróleo
Entrepobles y CooperAcción han organizado una gira por nuestro país para exigir a Repsol que se haga cargo de las consecuencias medioambientales y sociales
Pescadores artesanales afectados por el derrame de Repsol en Perú, en Hoy por Hoy Alicante
Alicante
El 15 de enero de 2022 se produjo un derrame de petróleo en la Refinería La Pampilla que regenta la empresa Relapasaa, filial de Repsol, durante la descarga de un buque petrolero. Se vertieron al mar una cantidad equivalente a 10.800 barriles de petróleo lo que afectó a las playas de Ventanilla y a otras zonas aledañas. En un principio, se llegó a afirmar que el derrame fue consecuencia de la erupción volcánica que tuvo lugar en Tonga.
Pasado más de un año dos pescadores afectados por el vertido, en representación de las comunidades afectadas, recorren nuestro país para sensibilizar a la ciudadanía española sobre las consecuencias medioambientales, sociales y económicas de este accidente y reclaman que la multinacional se haga cargo de sus consecuencias. Invitados por Entrepobles y CooperAcción han visitado Barcelona, València, Alicante y también recalarán en Madrid, País Vasco y Galicia, en donde se reunirán con miembros de 'Nunca Máis'.
Zenón Gallegos Ferrel es pescador y presidente del Sindicato de Pescadores Artesanales del Puerto de Chancay y Luis Antonio Díaz Barroso, también es pescador y presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales del distrito de Aucallama. Ambos han llegado a nuestro país en compañía de Alejandro Chirinos, director de CooperAcción.
Los tres han protagonizado en Alicante una charla en la sede de la UA en Alicante para exigir la reparación de los efectos del derrame. Insisten en que las indemnizaciones que quiere abonar Repsol son insuficientes y que el chapapote no ha sido retirado ni de la costa ni de los fondos del mar en los que faenan estos pescadores. Este hecho impide que puedan recuperar su forma de vida.
Según estas ONG el impacto ambiental producido por el vertido afectó a unas 11.600 hectáreas de 48 playas y dos áreas naturales: la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras y la Zona Reservada de Ancón. Según la Defensoría del Pueblo de Perú murieron cerca de 900 especias animales.
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