El uso del valenciano en la Iglesia y la neutralidad del Ayuntamiento en los actos religiosos, los temas de la primera reunión entre el alcalde Ribó y el arzobispo Benavent

València

El alcalde Joan Ribó se ha reunido este martes con el nuevo arzobispo de València, Enrique Benavent. La reunión, la primera que celebran desde la toma de posesión del nuevo responsable de la Iglesia valenciana, se ha celebrado en el Palacio Arzobispal. Al acabar el encuentro, el alcalde ha destacado que “ha sido una reunión muy interesante, muy amable y en valenciano”.

En este sentido, Joan Ribó ha subrayado que “ha sido una reunión muy cordial. Hemos estado tratando una serie de temas por su parte y por mi parte. Yo creo que hay una coincidencia en muchos factores. Hemos estado hablando también de una serie de aspectos que a mí me parecen importantes”.

Entre los asuntos abordados, el alcalde ha resaltado que ha transmitido a Benavent que “el Ayuntamiento es un ayuntamiento en el que caben todos, tanto los creyentes de una religión como los de otra o como los no creyentes y, por lo tanto, el papel del alcalde es el de ser una persona neutra en los actos religiosos”.

Además, Ribó ha añadido que los dos han abordado el uso del valenciano en la liturgia católica. Así, “yo le he querido resaltar al arzobispo la importancia de la Iglesia en las tareas de normalización de nuestra lengua en el entorno de la ciudad de València. Hemos estado comentando lo que se está haciendo y hemos hablado de la problemática al respecto”.

El alcalde, quien ha manifestado “la disponibilidad importante” del arzobispo, le ha transmitido también la voluntad del Ayuntamiento de nombrar hijo adoptivo a “una persona que está relacionada con la Iglesia”. Por su parte, Enrique Benavent le ha explicado al alcalde la próxima reestructuración de algunas parroquias que el Arzobispado tiene previsto acometer.

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En definitiva, muy buena sintonía entre Ribó y Benavent, al que el alcalde no ha querido comparar con su antecesor en el cargo, el cardenal Antonio Cañizares.

De lo que no han hablado, según Ribó, es de si el año que viene la festividad de San Vicente Mártir será el 22 de enero o el domingo más próximo. Tampoco de la intención del Ayuntamiento de cobrar el IBI a los inmuebles propiedad de la Iglesia que no sean de culto.

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