El mundo rural se levanta contra la saturación de proyectos energéticos en el interior de Castellón

Les Coves de Vinromà

"No al MAGDA" ha sido la principal consigna de la jornada en les Coves de Vinromà, donde se han movilizado cerca de 2.000 personas procedentes de la provincia de Castellón y del resto de la Comunitat Valenciana, ya que el municipio sería el más afectado por este macroproyecto energético que contempla, según el Boletín Oficial del Estado, la instalación de más de 250.000 placas fotovoltaicas y que ocuparía cerca de 500 hectáreas, más de 400 en esta localidad de la Plana Alta.

La concentración, convocada por la asociación local, Nostra Terra, junto con la Coordinadora Valenciana por una Ubicación Racional de las Energías Renovables, ya ha pasado a la historia como una de las movilizaciones más multitudinarias de las últimas décadas en los pueblos del interior de la provincia.

"Renovables sí, pero no a cualquier precio"

El lema de la jornada no se desmarca del "Renovables sí, pero no a cualquier precio" de la manifestación celebrada el 20 de enero en València contra el que consideran "fraude" de las energéticas y a la que también acudieron los vecinos de les Coves de Vinromà, que este domingo se han puesto en pie.

Las reclamaciones son claras; evitar que la mayoría de los proyectos de energías renovables se instalen en las zonas rurales, al ser más asequibles los terrenos rústicos que los urbanos. En el caso de este municipio, Nostra Terra denuncia que, en su mayoría, la zona en la que se instalaría el proyecto corresponde a cultivo ecológico y productivo y contemplaría la tala de más de 60.000 árboles.

Gloria Barberà, vecina de les Coves de Vinromà, agricultora y ganadera, explica en el programa A Vivir Castellón que este domingo ha salido a la calle porque, de ejecutarse el macroproyecto, perdería prácticamente la totalidad de sus fincas de almendros y las tierras que utilizan para eliminar los residuos de los animales. "Nos quedaríamos sin las fincas y tendríamos que cerrar las granjas", afirma.

El caso de Miguel Mateu es muy similar. El también agricultor, ganadero y vecino del municipio, explica que no está en contra del proyecto en sí, sino de que se instale en sus tierras, necesarias para la gestión de los purines en sus granjas, que, asegura, es de lo que depende su familia.

Comunicado de Akuo, empresa ejecutora de MAGDA

Esta semana, Akuo, la empresa encargada de la instalación del proyecto, ha emitido un comunicado en el que aseguraba que, tras atender a las solicitudes de los municipios afectados, el parque solar ocuparía cerca de un 40% de espacio menos, es decir de 500 hectáreas, pasaría a 250.

Además, también aseguran que quedaría descartada cualquier tipo de expropiación para la instalación del parque, o que generaría 240 puestos de trabajo directos y unos 300 indirectos durante la fase de construcción, entre otras afirmaciones.

Sobre esta última cuestión, los vecinos son claros; hasta que no vean reflejados estos cambios en los organismos oficiales, como el Boletín Oficial del Estado, no darán ninguna credibilidad, puesto que el proyecto en sí, es decir, contemplando las 500 hectáreas iniciales de instalación, ya cuenta con la favorable Declaración de Impacto Ambiental, es decir, la fase "clave" para sacarlo adelante, aunque serían necesarios varios informes más para que oficialmente sea una realidad.

Por lo tanto, la postura de los vecinos afectados es clara; a no ser que Akuo presente ante el Gobierno de España un proyecto nuevo que contemple todos estos cambios, las protestas contra la planta "no cesarán".

El futuro, incierto para los trabajadores del campo

Aunque, tal y como explican los vecinos, está todo "directamente relacionado", alejar estos proyectos, según incluso la propia Generalitat, negativos para el entorno y el tejido socioeconómico de la zona, no es la única consigna.

Precios justos para los productos y facilidades para estos trabajadores son, también, constantes reclamaciones, dado que, tal y como explican agricultores locales, como Miguel Mateu, "no solamente estos proyectos van a hacer que las granjas familiares que resisten cierren o que se abandonen los cultivos, también lo hará la falta de rentabilidad que hace años atraviesa el sector".

El futuro es un término fundamental, también, para entender esta protesta, puesto que, tanto Gloria Barberà, como Miguel Mateu, aseguran ver "muy complicado" que en las condiciones actuales haya nuevas generaciones que apuesten por el campo, a pesar de ser un sector "imprescindible", no solamente para garantizar la seguridad alimentaria, sino, también, para luchar contra los efectos del cambio climático.

La parada en les Coves de Vinromà no es la última, puesto que hay convocadas múltiples manifestaciones por la misma causa en toda la Comunitat Valenciana y, también, en Castellón, concretamente el día 25 de marzo en Cinctorres, de la mano de la Plataforma No a la Mat.