Lucia Lacarra: "La pandemia limpió a la danza del mapa y Fordlandia fue un ejercicio de fe"
La bailarina guipuzcoana vuelve con este ballet al Teatro Principal, el último en el que actuó antes del confinamiento
La bailarina Lucía Lacarra, coprotagonista de Fortlandia, en Hoy por Hoy Alicante
Alicante
'Fordlandia' (2020) es un espectáculo multidisciplinar que une la danza, la música y el arte audiovisual. Basado en la música de Johan Johannsson, este ballet consta de seis piezas de danza de corte neoclásico cuyas transiciones se realizan mediante proyecciones cinematográficas en las que aparecen escenarios naturales tan sobrecogedores como el flysh de Zumaia (Guipúzcoa), la localidad natal de Lucia Lacarra, o un bosque cercano al pueblo neerlandés de Bergen Aan Zee. Además, también se ha incluido un recorrido por un teatro vacío de Dortmund (Alemania).
Ninguno de estos escenarios se escogió al azar. Y es que todos ellos tienen que ver con esa necesidad creativa que Lacarra y su marido y compañero en los escenarios, el bailarín y coreógrafo canadiense Mattew Golding, tuvieron durante el inicio de la pandemia, en la que tras visitar el teatro alemán, ella se desplazó a la localidad guipuzcoana para pasar el confinamiento y él se quedó con su hijo en Ámsterdam. Ninguno sabía que esa separación iba a durar 10 semanas.
A esa incertidumbre, digamos vital, que nos afectó a todos, se sumó otra de carácter artístico. Y es que el coronavirus se llevó por delante las artes escénicas, "limpio a la danza del mapa" como afirma la bailarina y les generó una necesidad de creer, de soñar o de tener fe en que la pandemia iba a pasar, los teatros se iban a volver a llenar y ellos podrían volver a ejercer su profesión.
Componían las piezas por la noche, por teléfono, cuando sus respectivos hijos se dormían. Y de esta forma y fruto de esa necesidad surgió Fordlandia. El título, por otra parte, hace referencia a la ciudad fundada en el Amazonas en los años 30 del pasado siglo por el empresario automovilístico Henry Ford. Era una forma del magnate de producir suficiente caucho para sus vehículos en Brasil y de esta forma, luchar contra los monopolios que ejercían los británicos y los holandeses. Pero, al poco tiempo, un hongo acabó con la plantación, el lugar fue abandonado y hoy es una especie de ciudad fantasma.
También se da la circunstancia de que con esta obra Lacarra y el bailarín canadiense vuelven al Teatro Principal que fue el último en el que actuaron (el 13 de febrero de 2020) antes de que el dichoso coronavirus cambiara nuestras vidas y nos recluyera durante meses en nuestras casas.