A veces, no siempre, Roma no paga a traidores
De Julia Parra y Javier Gutiérrez se podría decir que son dos meritorios que se han echado en los brazos del PP para seguir cobrando un buen sueldo público durante cuatro años más
La Columna de Carlos Arcaya: «A veces, no siempre, Roma no paga a traidores»
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Como dijo otro liberal, me refiero a Vargas Llosa, Ciudadanos se jodió cuando Albert Rivera decidió no formar gobierno con Pedro Sánchez. Desde entonces, se han convertido en esa hidra que se fagocita a sí misma.
En cualquier caso, el proceso es revelador, porque muestra como hay algunos irreductibles que siguen creyendo en las posibilidades de un partido de centro, liberal progresista y capaz de oscilar hacia derecha o izquierda. ¿Qué quieren bajar la barrera electoral al 3 %? Claro, para sobrevivir como partido.
Sin embargo, otros -digamos que la carne es débil- reniegan de la formación que les aupó a un cargo público porque dicen estar avergonzados con la actual dirección y de su vinculación con los socialistas. Es el caso de los diputados Javier Gutiérrez o Julia Parra, de los que, siguiendo sus argumentos, también se podría decir que son dos meritorios que se han echado en los brazos del PP para seguir cobrando un buen sueldo público durante cuatro años más. Si se hubieran ido a sus casas, habrían quedado como campeones. A veces, no siempre, Roma no paga a traidores.
En cualquier caso, el trasfuguismo nos retrotrae a los peores tiempos de la Comunitat Valenciana. A épocas mucho más oscuras en las que todo valía.