El editorial de los lunes: Volver al lugar donde fuimos felices
El Aptur Benidorm está a un paso de devolver al voleibol de la Marina Baixa a la máxima categoría nacional
La editorial de los lunes: Volver al lugar donde fuimos felices
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Benidorm
Dice Sabina en su ‘Peces de Ciudad’ aquello de que al lugar donde uno ha sido feliz, no debería tratar de volver y, en parte, puede que el cantautor de Úbeda tenga razón. Cualquiera que haya vivido lo suficiente como para estar ya peinando canas o peinar cada vez menos cabello, eso ya depende sólo de la genética, y, al mismo tiempo, haya tenido la suerte o la desgracia, que eso también va por barrios, de haberse asentado en un lugar distinto al que pasó su infancia, tendrá sentimientos encontrados sobre el asunto.
Por un lado, siempre es reconfortante regresar a aquellos lugares en los que los veranos eran más verano, en los que los días se sucedían llenos de despreocupación y en los que la mayor preocupación no era otra que la de planificar la siguiente travesura. A la vez, no hay nada más triste que volver a esos sitios para descubrir que el parque donde uno jugaba es ahora un Mercadona; que el descampado donde construía refugios y fuertes es un parking o que aquel lugar apartado donde robó su primer beso está ahora ocupado por una urbanización de casas todas iguales.
La vida es así. Las cosas cambian, en teoría para mejor para el conjunto de la sociedad, mientras al individuo le van borrando los anclajes con esa infancia que, decía Rilke, es la verdadera patria del ser humano.
En eso, en volver a donde una vez fue feliz, anda el equipo femenino del Club Voleibol Playas de Benidorm. El club, es cierto, ya no es el mismo que entonces. El equipo, tampoco lo es. Ni tan siquiera lo es el lugar en el que juegan las chicas que ahora entrena Nacho Madaleno, como tampoco lo será, en pocas semanas, el lugar en el que volverán a entrenar cuando terminen las obras de mejora del Pabellón Raúl Mesa.
Pero el objetivo de subir a la Superliga femenina, la máxima categoría del voleibol español, está ahí. Las de Benidorm están a un solo partido de meterse en la fase de ascenso y afrontar, a finales del mes de abril, el play-off que debe de situar al equipo de nuestra ciudad en ese lugar del que nunca hubo de desaparecer.
Muchas de las chicas que ahora defienden la camiseta del Aptur Benidorm no recuerdan o, a lo sumo, tienen vaga memoria de aquellas tardes europeas que nos regaló el equipo que entrenaba Pedro Lanero. Una época en la que el voley femenino era, como lo es ahora el balonmano masculino, el máximo exponente del deporte comarcal y que trajo a la ciudad a lo mejorcito del panorama nacional e internacional.
Aquel equipo, capitaneado por carismática peruana Leyla Chiuán, que luego fue congresista en su país natal, hizo muy felices a los aficionados al voleibol y al deporte de Benidorm y de la Marina Baixa. Y eso es lo que tratarán de hacer las herederas de la peruana: devolver la felicidad a los amantes del voley.
El primer paso para conseguirlo pasa, necesariamente, por vencer este sábado al Mairena Vóley y, de esta forma, asegurar la segunda plaza de la competición y disputar el próximo mes la fase de ascenso. Ese será el segundo escollo, rubricar la plaza en la máxima categoría, pero de eso ya nos encargaremos cuando llegue el momento.
Por ahora, disfrutemos de lo que se ha conseguido hasta la fecha en una temporada excepcional para ellas y, si me lo permiten, también para ellos, que conviene no olvidar que los chicos del Servigroup han tenido opciones de hacer lo mismo que las chicas casi hasta el final y sólo en los siempre odiosos términos comparativos su año puede considerarse malo.
Pero de eso es de lo que les quería yo advertir. De las comparaciones. Si el Aptur Benidorm consigue, como todos deseamos, el ascenso de categoría al final de la presente temporada, conviene que nadie comience a hacer comparaciones entre este equipo y el de Pedro Lanero. Porque el Club ya no es el mismo, porque el voleibol ya no es el mismo, porque los objetivos no son los mismos y, sobre todo, porque es bueno tener presente que intentar volver a donde uno fue feliz puede llevar a momentos muy dolorosos.