Hoy por Hoy Locos por Valencia
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El riesgo sísmico en València es bajo y las normas constructivas son buenas, pero se deberían revisar los edificios viejos

El ingeniero José Miguel Adam y su equipo de la Universitat Politècnica de València trabajan en un proyecto con financiación europea para evitar que los edificios colapsen ante una catástrofe como terremotos, riadas o explosiones

Entrevista a José Miguel Adam, doctor ingeniero de Caminos, Canales y Puertos de la UPV

València

Se cumplen 275 años de un catastrófico terremoto que se produjo en la comarca de La Costera. El Terremoto de Montesa que, además de destruir el castillo del mismo nombre, arrasó poblaciones como Xàtiva y causó, según dicen, hasta 10.000 muertos.

Recientes tenemos también los terremotos de Turquía y Siria, por lo que seguro que en algún momento nos hemos planteado si los edificios en los que vivimos son seguros. Por ello, en 'Hoy por Hoy Locos por Valencia' hablamos con José Miguel Adam Martínez, doctor ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universitat Politècnica de València, y que actualmente investiga para desarrollar edificios a prueba de ataques terroristas, explosiones y desastres naturales como los terremotos.

Adam nos cuenta que actualmente trabajan en crear modelos constructivos que contribuyan a reducir a vulnerabilidad de edificios críticos como hospitales, colegios o terminales de pasajeros, garantizando una mayor robustez y seguridad de los edificios basados en nuevos métodos de diseño para que, en el caso de verse afectadas por un evento extremo, la carga que soportan se redistribuya por toda la estructura, evitando así el colapso total del edificio.

Ya han construido el primer edificio-probeta a escala real en España resistente a eventos extremos naturales como huracanes, tsunamis, riadas y terremotos, accidentes como explosiones, impactos de vehículos etc. y acciones como ataques terroristas y sabotajes. Eventos que provocarían daños locales en su estructura, que podría derivar en un colapso total.

El Consejo Europeo de Investigación financia este proyecto con 2,5 millones de euros y pretenden lograr que cuando todo falle, no se caiga el edificio. Lo explica de forma sencilla. Se trata de desconectar con una especie de ‘fusibles’ las distintas partes de una construcción de tal manera que, si una de las partes de ese edificio colapsa, no afecte al resto.

Las normas actuales son buenas y se construye bien. Por ese lado no debemos preocuparnos, pero sí por los viejos edificios que no han realizado inspecciones que garanticen una buena conservación de su estructura.

El sistema que están desarrollando no influiría sobremanera en el precio de la construcción, sería un diseño ‘low cost’ que no aumentaría el coste de la construcción no aumentaría más de un 5%.