Un amplio dispositivo formado por efectivos terrestres y medios aéreos que se irán incorporando a lo largo de la mañana siguen trabajando para tratar de frenar el avance del fuego en el incendio forestal declarado ayer en el término municipal de Villanueva de Viver, en la zona limítrofe de las provincias de Castellón y Teruel. Durante la noche los esfuerzos se han centrado en proteger los núcleos de población que ya habían sido desalojados por la proximidad de las llamas o por la presencia del humo del incendio, calificado de «importante y temprano» por fuentes de Emergencias de la Generalitat y de la Diputación de Castellón. Al parecer, según ha apuntado la Generalitat el incendio habría sido provocado por una mala práctica agrícola Las poblaciones o núcleos de población desalojados, todos ellos con un bajo censo de población, son Fuente la Reina, Los Calpes, Los Cantos, La Monzona, Puebla de Arenoso, Montanejos, Montán y Arañuel. En total se han desalojado unos 1.500 vecinos y vecinas que han tenido que abandonar sus domicilios y pasar la noche en albergues o polideportivos habilitados al efecto. En las últimas horas se han desplegado 10 unidades forestales, cuatro brigadas forestales, 11 autobombas y siete vehículos de apoyo, además de dos ambulancias y unidades complementarias de los servicios de urgencias sanitarias. De forma progresiva se irán incorporando a las tareas de extinción cuatro helicópteros, tres aviones, tres brigadas helitransportadas, 4 avionetas y efectivos de la unidad Militar de emergencias (UME), han informado fuentes de Emergencias de la Generalitat. El fuego, que en una primera estimación ha alcanzado un perímetro de unas mil hectáreas con 800 hectáreas calcinadas, se ha originado en un barranco con gran masa forestal y rodeado de bosques de alto valor medioambiental. La zona, con alto riesgo de despoblación, tiene en el turismo natural un gran aliciente ya que sus rutas de montaña, sus paisajes y, especialmente, el turismo termal que acude a Montanejos son un gran reclamo de visitantes. Otra de las actividades económicas de la zona es la ganadería. Los granjeros de la zona desconocen como están sus animales y si han muerto por el incendio