¿Qué ocurre con los condenados por violencia machista una vez cumplen su pena? Responden las expertas
Una psicóloga de los programas de reinserción defiende su éxito, las asociaciones de víctimas piden poner el foco en ellas
¿Qué ocurre con los condenados por violencia machista una vez cumplen su pena?
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València
La Comunitat Valenciana ha registrado esta semana el primer caso de violencia machista del año, un hombre de 69 años ha sido detenido este jueves por haber matado presuntamente a su mujer de 63 años en Orihuela. Pero, ¿qué ocurre con los condenados por violencia machista una vez cumplen su pena? ¿Por dónde pasa su reinserción en la sociedad?
En 2002 arrancó en España el programa PRIA, orientado a hombres condenados por violencia machista ejercida sobre sus parejas o exparejas, y desde entonces más de 11.000 presos han participado en él.
Según fuentes de Instituciones Penitenciarias, no hay datos sobre la posible reincidencia o no de los asistentes al programa en la sociedad porque "una vez salen son libres y su deuda con la justicia ya está saldada". No obstante, se dirigen a informaciones del Ministerio de Interior que revelan que solo el 20 % de los condenados por cualquier delito reincide y, de esos, la mayoría son culpables por delitos de hurto o robo.
El año pasado participaron en el programa 83 presos en la Comunitat Valenciana, diez de ellos eran internos del centro penitenciario de Villena. La psicóloga del centro, Inma Flores, se refiere a su propia experiencia para defender el éxito de PRIA: "Yo no sé si los míos vuelven a entrar a otro centro o no, pero sí te puedo decir que aquí en Villena llevo diez años y de los grupos que yo he llevado solo recuerdo un caso".
PRIA es un programa de acompañamiento terapéutico y dura aproximadamente un año. Cada semana reúnen a un grupo máximo de quince presos durante dos horas y hacen, por ejemplo, sesiones de asunción de la responsabilidad delictiva que "son muy duras", en opinión de Flores.
En ocasiones tratan testimonios reales de otras víctimas para trabajar la empatía y también se habla de la instrumentalización de los hijos: "Son personas que se han criado, y esto no les quita responsabilidad, con unos valores o creencias que perpetúan unas conductas que todos conocemos. La clave está en cambiar esos esquemas".
Los cursos son voluntarios, pero pueden ser obligatorios en el caso de que lo incluya la sentencia condenatoria o que esta esté suspendida porque, si no hacen el curso o cumplen las condiciones, si entrarían en prisión. En opinión de Flores, el primer paso es cambiar el enfoque de los presos que acuden al curso porque "quienes ejercen la violencia de género no son conscientes de que lo que hacen está mal".
Encuentro con las víctimas
La violencia terrorista ha instaurado la justicia restaurativa y, preguntada por la posibilidad de introducirla en los casos de violencia machista, como ocurre con la Vía Nanclares, Flores explica que hay que tratar cada tipo de violencia en sí misma. Como conclusión, apunta que en el programa se trabaja para que "en la medida de lo posible" no se vuelvan a dar nuevas víctimas.
Desde el lado de las víctimas, la coordinadora del centro de atención y protección a mujeres migrantes víctimas de violencia de género de la Fundación Isadora Duncan, en alianza con Asociación Por ti Mujer, Diana Tutistar, apunta que, más allá de la reinserción, lo que hay que hacer es pensar en cómo lo viven las víctimas.
Tutistar señala que los perfiles de los agresores son muy diversos "y eso influye" y pide poner en el foco en las mujeres y en sus hijos e hijas. En su opinión, hay que trabajar en las causas estructurales porque, mientras no se acabe con esas estructuras, "las actitudes van a seguir reproduciéndose".
La experta señala que para las víctimas es un proceso difícil cuando los agresores salen de prisión porque "muchas veces no existe satisfacción con las medidas que se han tomado para su reparación". Tutistar clama más medidas en esta dirección y cree que hay que buscar una "política reparadora integral".
Como conclusión, Tutistar advierte que para corregir la situación hay que poner el foco en la educación y, tanto ella como Flores, inciden en que toda la sociedad tiene que poner de su parte. Si los agresores cambian sus conductas, "una vez salen no pueden volver a normalizarlas", sanciona Flores.
Ana Galarza
Redactora de informativos en Radio Valencia Cadena SER Comunitat Valenciana.