A entrenadores de deporte base

Alcoy

Hoy quiero dedicar esta columna a los entrenadores del deporte base, da igual el deporte, se entiende que son entrenadores y entrenadoras que están con niños y niñas de edades comprendidas entre los 4 a los 16 años… Aunque no quiero generalizar, el entrenador de estos niños no sabe realmente la influencia que puede llegar a tener sobre ellos. Más allá de lo deportivo, en esas edades se crean unos recuerdos que perduraran en el tiempo y posiblemente de por vida para muchos de ellos.

Quien ha jugado a algo de pequeño, posiblemente se acuerde de alguno de esos entrenadores que en nuestra época solían ser padres de algún compañero o de otros cursos. Se perdió eso por intentar mejorar la preparación de los actuales entrenadores, pero creo que no se ha conseguido.

Ahora muchos de ellos, e insisto que no quiero generalizar, les importa más ganar que educar, que enseñar, que hacerse querer por los pequeños, prefieren que se les vean como entrenadores y no como personas, muchos prefieren ganar títulos a costa de las suplencias de niños y niñas que esperan como agua de mayo que llegue el sábado o domingo para jugar su partido.

Muchos piensan que, ganado de paliza, son mejores entrenadores, lamento cuando llega el típico entrenador o padre de turno y me dice, “tienes que sacar al equipo de mi hijo en la radio que han ganado todos lo partido de goleada” … Esos niños no tiene más de 10 años. ¿Dónde está el mérito? Me da ganas de sacarlos en la radio, pero para que expliquen la filosofía de club y se les caiga la cara de vergüenza.

Y todo esto viene porque el sábado en un partido dels Jocs Esportius Municipals, acabó un partido, y vi a la hija de un amigo llorar desconsoladamente, a lágrima viva y sin posibilidad de calmar el llanto que rompía el alma a los que estábamos allí, la niña tiene 8 años. Al preguntar que le pasaba, el padre, en un ejercicio de educación extremo, nos contestó: “es que no ha la han sacado a jugar”. Los que estábamos, nos quedamos alucinados de que eso pase. Me parece lamentable y no encuentro justificación alguna para que un niño se quede sin jugar ni un solo minuto para priorizar el poder ganar, que por cierto ese equipo no ganó el partido. Espero que estas cosas no sigan pasando y se tomen medidas porque el trabajo de muchos para evitar esto, lo revientas inútiles que están al frente de equipos de niños en formación.