Alicante

La familia de Rafael Altamira ha firmado los poderes especiales para repatriar su cuerpo y el de su esposa, Pilar Redondo.

Es un paso adelante más en el largo proceso administrativo para conseguir que los restos mortales del humanista y jurista y su esposa sean trasladados desde el cementerio de México Distrito Federal al camposanto de El Campello, donde reposarán junto a sus padres y suegros.

La familia del también literato ha firmado ya los poderes especiales ante notario (sujetos a normas emanadas de disposiciones de La Haya para estos casos), autorizando a una funeraria especializada a tramitar la exhumación, incineración y envío a España de las urnas. Los poderes, que ya están en México, los firma María luz Altamira García-Tapia, nieta mayor de Rafael y Pilar, la familiar más cercana con vida.

A partir de ahora, y siempre bajo supervisión de la Embajada de España en México, queda que las administraciones españolas comprometidas con la causa que partió del Ayuntamiento de El Campello (respondiendo a una propuesta del alcalde Juanjo Berenguer respaldada por todos los partidos políticos), activen sus protocolos para que el traslado sea lo más rápido posible.

Además del Ayuntamiento, se han comprometido a asumir gestiones y gastos la Diputación de Alicante y la Generalitat.

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Miembro del Tribunal Internacional de La Haya

El Consell Valencià de Cultura se reunió en pleno extraordinario el pasado 27 de febrero en El Campello para apoyar el deseo de este ayuntamiento de repatriar desde México los restos mortales.

Altamira nació en Alicante en 1866 y falleció en 1951 en la capital de México, donde vivía exiliado y donde reposan sus restos en una sepultura ubicada en el Pabellón Español del cementerio del Distrito Federal, pero el Ayuntamiento de El Campello considera que el lugar está mal conservado y muy deteriorado por el paso de los años.

Doctor honoris causa por las varias Universidades ( Burdeos, París, México, Santiago de Chile, Lima, Columbia y Cambridge), Altamira fue el primer español en formar parte del conocido hoy como Tribunal Internacional de La Haya y en su día fue propuesto para el Premio Nobel de la Paz en dos ocasiones.