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Sociedad | Actualidad

La excúpula de la patronal castellonense (CEC) niega el desvío de fondos formativos

La CEC no ha aclarado por qué las tres empresas que impartieron los cursos formativos dejaron de cobrar 190.000 euros

La Confederación de Empresarios de Castellón (CEC) está acusada de irregularidad en la gestión de las subvenciones para planes de formación / CEC

Castelló

La antigua cúpula de la extinta patronal de los empresarios de Castellón (CEC) ha negado este martes ante la Audiencia Provincial su implicación en un supuesto desvío de fondos para cursos formativos y no ha aclarado por qué las tres empresas que los impartieron dejaron de cobrar 190.000 euros.

El que fuera secretario general de la CEC, Rafael Montero; su presidente, José Roca, y el director de Formación, José Antonio Espejo, han declarado en la primera sesión del juicio que ha comenzado en la Sección Primera de la Audiencia de Castellón, donde los tres investigados han declarado en relación a esos fondos. La sesión continuará este miércoles con la declaración de más testigos.

Los tres procesados afrontan una petición de pena de prisión de cuatro años por parte de la Fiscalía, que considera que todos ellos, "de común acuerdo y con ánimo claro de obtener un beneficio patrimonial ilícito para sí o para la entidad que gestionaban, no transfirieron a las entidades prestadoras de los servicios" esos 190.000 euros, que sí habían sido transferidos de la Generalitat a la patronal autonómica valenciana CIERVAL y a su vez, la parte correspondiente, a la CEC para un plan de formación.

La Fiscalía considera que estos hechos, que se produjeron en 2011, constituyen un delito de apropiación indebida y responsabiliza de él a los tres responsables de la entidad, que se liquidó en 2020.

El que entonces era su secretario general, Rafael Montero, ha asegurado que él "no tenía nada que ver" con las empresas externas que prestaban servicios de formación en la CEC y ha apuntado a Espejo como la persona que daba las órdenes de pago a estas mercantiles.

Montero ha sostenido que había un doble control sobre esos cursos. En primer lugar, en su ejecución y la correspondiente inspección del Servef, y también por una auditoría en la que "no se contempló ninguna irregularidad".

Sobre los 190.000 euros que sostiene la fiscal que sí que estaban en poder de la CEC, Montero ha dicho que no sabe dónde están. Sí que firmó posteriormente un reconocimiento de deuda con las empresas demandantes, cuando se enteró en una junta de 2016 de la existencia de la misma.

Por su parte, Roca ha indicado tampoco conocía esta deuda y que él "no sabía nada de la formación". Estuvo igualmente de acuerdo en firmar un reconocimiento de deuda en esa junta de 2016 al ponerse de manifiesto por las empresas la deuda, algo que hizo porque se "lo aconsejaron Montero y Espejo"; ha asegurado además que su dimisión, que llegó poco después de esa junta, no se produjo por estos hechos.

Espejo ha indicado que si bien él era director de Formación "no tenía contacto" con las empresas que contrataba la CEC para acciones formativas, y también desconoce por qué no se les abonó la cantidad que reclaman.

Además ha señalado que él no aconsejó nada respecto al reconocimiento de deuda y que el dinero de la misma "no constaba", cuando se pasaron las correspondientes facturas, porque de lo contrario "lo habrían recibido".

Espejo ha indicado asimismo que él no tenía autorización para operar en bancos, ni para firmar, ni competencias "sobre lo que se pagaba o no" y tampoco tenía "capacidad" para apropiarse "de nada".

Los responsables de dos de las empresas denunciantes, que han comparecido como testigos, han señalado que mantenían comunicación constante y directa con Espejo y que cuando le reclamaron las cantidades adeudadas, este les dijo "que no había dinero y que había en marcha un contencioso a punto de resolverse".

Uno de los testigos ha relatado que fue llamado a declarar al juzgado de Nules y antes de eso recibió una llamada de Espejo para tranquilizarles y dorarles "la píldora", y prometerles que iban a "hacer más cursos".

La deuda no se saldaba y pasaban los años y cuando "insistíamos en cobrar", ha agregado este testigo, "cada vez nos daba excusas más peregrinas". Por ello acudió al Servef, donde le informaron de que efectivamente esos fondos sí que habían sido transferidos y que por su parte "no existía deuda alguna", extremo que ha corroborado el responsable de otra de las empresas perjudicadas.

Presionó entonces a Espejo, acusándole de que les "estaba engañando" y convocó esa junta de 2016 con el secretario general y el presidente. En ella, ha relatado, "Roca estaba enfadado y sorprendido" al conocer la deuda y Montero mostró "una actitud guasona".