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Capítulo 4

"Jóvenes y mayores: la necesaria convivencia", en el cuarto capítulo de 'Con voz y voto: la Comunitat Valenciana ante el 28M'

El cuarto capítulo de 'Con voz y voto: la Comunitat Valenciana ante el 28M', aborda la relación entre jóvenes y mayores y los retos que tienen en la Comunitat Valenciana ambos grupos de edad

Capítulo 4: jóvenes y mayores, la necesaria convivencia

Capítulo 4: jóvenes y mayores, la necesaria convivencia

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València

El cuarto capítulo de 'Con voz y voto: la Comunitat Valenciana ante el 28M', aborda la relación entre jóvenes y mayores y los retos que tienen en la Comunitat Valenciana ambos grupos de edad. Nuestra sociedad es cada vez más mayor: los avances sanitarios y el desarrollo económico hacen que la esperanza de vida aumente, mientras bajan las tasas de natalidad. La suma de ambos factores provoca que cada vez haya más gente en el mundo. Una realidad que ya está aquí, pero que genera retos que hay que abordar.

Para los mayores, por ejemplo, la tecnología; y eso genera problemas cuando, por ejemplo, se reduce la presencialidad en las administraciones públicas o en las oficinas bancarias, cuando solo se puede sacar dinero en el cajero automático.

Eso en cuanto a los mayores, pero los jóvenes también tienen problemas: la precariedad laboral o el aumento del precio de la vida. Asuntos que hacen que la emancipación sea cada vez más difícil y que, en parte también como resultado de esto, se retrase la maternidad. Y muchas veces no por deseo propio, así que, ¿cómo afrontamos estos cambios en la sociedad?

El mensaje de Carlos Sanjuán

En el capítulo cuatro escuchamos el discurso de Carlos Sanjuan, uno de los mayores valencianos que más ha luchado por los derechos de este grupo de edad y que más lejos ha llegado. Impulsó la campaña “Soy mayor, no idiota” para que los bancos no solo atendieran con cajeros automáticos. Pedían que volviera la presencialidad a las oficinas. Logró casi 700.000 firmas, se reunió con los representantes del Banco de España y logró un compromiso del sector.

Pero, ¿qué se puede hacer desde los gobiernos autonómicos para ayudar a las personas mayores en este aspecto? El Consell, en estos años, ha llegado a acuerdos con Caixabank y con Correos para llevar 276 cajeros automáticos a poblaciones donde no había servicios financieros. Además, para llegar a los pueblos Caixabank ha puesto en marcha el servicio de cajero móvil; un autobús que va a las poblaciones más pequeñas para atender a sus vecinos y vecinas.

Es un paso, es verdad, pero no aborda la problemática de la digitalización. Eso se confía a la buena voluntad de las empresas financieras o a que el Gobierno central ejerza sus competencias y apruebe una normativa, que ya ha descartado.

La situación de la dependencia

La siguiente pregunta que nos hacemos en el nuevo episodio de 'Con voz y voto' es: ¿tienen que hacerse cargo los ayuntamientos? Las competencias en materia de dependencia son autonómicas y, si hablamos de personas mayores, tenemos que hablar del sistema de dependencia, que proporciona ayuda económica a las personas que no se pueden valerse por sí mismas o que necesitan del apoyo de familiares o de cuidadores profesionales para cubrir todas sus necesidades.

Mónica Oltra, vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas desde que el Botànic llegó al gobierno en 2015 hasta junio del año pasado, defendió que la ciudadanía valenciana ahora empieza a confíar en el sistema de dependencia. Según Oltra, al llegar al gobierno tuvieron que “reparar heridas” y se refirió a las personas con dependencia o diversidad funcional. Oltra aseguró que se les había sometido a copagos, se les habían rebajado ayudas, se había dejado que incluso algunos murieran sin cobrar.

Ahora, tras ocho años de gobierno, y según datos de su departamento, hay 140.000 beneficiarios de algún tipo de ayuda a la dependencia, más del triple de personas que en 2015. Estas 140.000 personas reciben desde ayudas más básicas a los familiares o cuidadores no profesionales que están a cargo de una persona dependiente, hasta el pago de las residencias de las personas con un grado más alto de dependencia.

Los datos hablan por sí solos. Según el observatorio estatal de la dependencia, hace una década cuatro de cada diez personas dependientes de la Comunitat Valenciana estaban desatendidas. Ahora ese porcentaje, que era del 40 por ciento, es de menos del diez por ciento. Pero no es cero y, por lo tanto, ese reto tendrá que atenderlo el Consell que salga elegido en las urnas. Porque, pese al incremento en el número de asistencias porcentaje (1.000 millones de euros se gastó el año pasado la Generalitat en el sistema de dependencia), el desafío está en llegar a todos los que lo solicitan. Ahora mismo, unas 10.000 personas están en lista de espera para ver reconocida su ayuda a la dependencia. El Consell se comprometió a acabar con las listas de dependencia antes de que terminara la legislatura pero todo apunta a que seguramente sea una asignatura pendiente más para el siguiente Gobierno.

El Gobierno central tampoco cumple

Por cierto, en la dependencia, el Gobierno central tampoco cumple con la Comunitat Valenciana. La ley estatal le obliga a aportar el 40 por ciento del dinero que se destina a la materia, que son unos 1.000 millones de euros anuales, pero en 2022, según datos del PP, solo aportaba el 14,86 por ciento. El Consell, por tanto, tiene que hacer un esfuerzo doble para poder llegar a todo.

Y, en esto, la oposición lo tiene claro: es "un ejemplo más", dicen los populares, de la "marginación" que sufre la Comunitat Valenciana por parte del Gobierno central. Como ocurre con la financiación, o con el recorte del trasvase Tajo-Segura.

Respecto a los mayores también hay que poner el foco en las residencias. Unos centros que estos años han estado en el ojo del huracán por la pandemia, con más de 2.000 residentes muertos por covid en la Comunitat Valenciana. La Generalitat quiere que sean más amables, lo más parecido posible a un hogar, y por eso acaba de aprobar un decreto en el que se apuesta por nuevos modelos de atención convivenciales y un número máximo de plazas más reducido para crear centros residenciales más pensado en cada persona. Un decreto al que se opone la patronal de residencias AERTE porque, en su opinión, va a incrementar mucho el precio de esos centros, a costa del bolsillo de los usuarios.

Los problemas de los jóvenes

En el cuarto capítulo de 'Con voz y voto: la Comunitat Valenciana ante el 28M' hablamos también de los jóvenes, que también tienen problemas. La tasa de paro entre los menores de 25 años es del 28,71 por ciento. Casi uno de cada tres jóvenes que quiere trabajar y busca empleo, no lo encuentra. El problema, además, es la calidad del empleo.

Los problemas para acceder a un empleo o la mala calidad del mismo impiden que se puedan independizar. Menos de un 20 por ciento de las personas de entre 16 y 30 años están emancipadas en la Comunitat Valenciana. La edad media para abandonar el nido son los 29 años, el Carnet Jove caduca justo a los 30. Problemas que retrasan, a su vez, la maternidad. Hace 20 años la edad media a la que las mujeres decidían ser madres era a los 30 y ahora es de más de 32.

En definitiva, las preguntas que nos hacemos para concluir el capítulo son: ¿cómo atender a las personas mayores?, ¿y cómo hacerlo con los jóvenes? Cuestiones que tendrán que afrontar los partidos políticos durante las elecciones y que también tendrá que hacer frente el gobierno que salga elegido de las urnas del 28M.

 
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