"El miedo impuesto en dictadura no sólo sirvió como mecanismo de control, sino para humillar a los vencidos"
En A Vivir CV el escritor Urbà Lozano nos presenta su nueva novela "D'un silenci antic i molt llarg", Premi de Narrativa Antoni Bru Ciutat d'Elx
Entrevista a Urbà Lozano en A Vivir CV
València
La historia de dos estirpes de Alginet marcadas por la Guerra Civil. Las consecuencias que sufrieron familias de distintos bandos pero los que todavía sufren los descendientes de distintas generaciones hasta llegar a la actualidad. Historias entrelazadas y con saltos en el tiempo es lo que nos propone el escritor Urbà Lozano en su última novela "D'un silencia antic i molt llarg", un trabajo galardonado con el Premi de Narrativa Antoni Bru Ciutat d'Elx y que hemos conocido mejor este domingo en A Vivir CV.
En la converasción, el escritor de Alginet ha contado cómo todas esas historias las ha ido escuchando a lo largo del tiempo en familiares y allegados de su entorno. Eso, pese al miedo a hablar, el miedo a contar nada de lo que sucedió en la Guerra Civil y en la inmediata posguerra. "Recuerdo que en casa todo era un tema tabú, y eso que nací en el 67. Cuando tu preguntabas por qué el abuelo tal o por qué el vecino había estado en prisión, se extendía el silencio y el miedo".
De este modo, Lozano subraya que la posguerra fue muy dura en muchos aspectos pero sobre todo por la represión y el miedo. "Se impuso el miedo como mecanismo de control a los vencidos, que no sólo eran eso, perdedores, sino que los humillaron y les hicieron callar". La novela se basa en esos hechos y esas historias que ha ido escuchando el escritor valenciano de sus más allegados y también de los testimonios que recogió durante el tiempo que formó parte del Grupo de la Memoria del que formó parte en Buñol.
Fábricas de armas en Alginet y Alberic
Lozano ubica sus tramas y a sus protagonistas en su Alginet natal, pero también en otros puntos de La Ribera, Buñol, La Marina y Eibar, el País Vasco. Y es que en el año 37, cuando el norte de España cayó en manos del ejército franquista, la fabricación de armamento se trasladó a la zona republicana y se ubicaron fábricas de armas en Alginet y Alberic, además de en Terrassa.
"Imagina el impacto que puede suponer para un puebo agrícola de 6.000 habitantes la llegada de 34 trabajadores vascos para fabricar pistolas, además contratan a agricultores para fabricar pistolas, eso no tenía que salir bien de ninguna de las maneras", explica.
De hecho, el escritor radiografia las diferencias entre esos vascos llegados procedentes de la industria, la conciencia de clase y el proletariado frente a unos agricultores valencianos que tradicionalment se han ubicado en la esfera conservadora. "Con cada hanegada, un poco más a la derecha", ironiza Lozano.
Más lectores potenciales, pero no reales
En la entrevista, Urbano también ha reflexionado sobre la situación de la literatura hecha en lengua propia. No se sitúa entre las lecturas más optimistas pero ni mucho menos tampoco en las más optimistas. Señala que desde hace unos años hay más gente capacitada para leer en valenciano, sin embargo eso no se ha traducido en un aumento de lectores reales.
"Tenemos una competencia muy grande que es la literatura en castellano y además no estamos tan bien como sería deseable después de tantos años de Llei d'Ús i Ensenyament en valencià".
Jèssica Crespo
Editora de Hoy por Hoy Valencia y redactora Radio...