La Embajada Cristiana da paso a la batalla final en Alcoy
Los cristianos, a través de su debutante embajador Antonio Delgado, intentan convencer a los moros para rendirse pero, ante la negativa, se emplazan a la guerra que conducirá a la victoria del bando de la cruz
Alcoi
La batalla entre moros y cristianos ha vuelto a estar activa en la villa de Alcoy. Los cristianos no estaban contentos con perder estas tierras por lo que en la tarde de este 24 de abril han desplegado todo su potencial para volver a tener las llaves del castillo.
La estrategia del ejército de Jaume I ha comenzado con un ofrecimiento, por escrito, a los moros para que se rindieran. Un jinete de la Filà Cruzados, a las 16:33 horas, realizaba su entrada en la plaza de España mostrando el pergamino que le habían encomendado entregar al sargento moro.
Este, con la pértiga desde el balcón de la fortaleza, ha recogido el mensaje que ha entregado al capitán de la Filà Ligeros Salvador Micó. Tras leerlo, Al-Azraq ha roto el texto como signo de su negativa a abandonar la villa. El Cruzado, a carrera veloz con el caballo, ha dado respuesta al jefe de su bando.
Los moros seguían vigilando la fortaleza mientras, a las puertas del castillo, un quinteto de metal y percusión ha interpretado la fanfarria Alcoi, ma patria de José María Valls Satorres. Ha sido la banda sonora de la espera en el regreso de los cristianos porque, a falta de cuatro minutos para las cinco de la tarde, los timbales y trompetas anunciaban la llegada del embajador cristiano.
Antonio Delgado ha iniciado su parlamento con la pregària a Sant Jordi. Después, se ha ido acercando al castillo para solicitar audiencia con Al-Azraq e insistirle que abandonaran sus posiciones en la villa de Alcoy. El capitán lo tenía claro: no se iban a mover del asentamiento alcoyano y le ha pedido a su embajador, Óscar Martínez, que le diera respuesta al cristiano.
El cruce de palabras entre ambos embajadores ha imposibilitado el acuerdo y se han declarado la guerra, marcando el momento cumbre de la representación histórica y que ha sido premiada por una fuerte ovación del numeroso público congregado en la plaza.
Las 14 filaes del bando moro con su capitán y alférez al frente han salido a defender el castillo mientras que el ejército de la cruz también ha ido avanzando en el terreno. Al final, las tropas de Jaume I volverán a ganar la batalla y a alzar su bandera en lo más alto de la fortaleza.
