Lo más sorprendente de la antigua fábrica de cerámica de Rabasa...

Alicante

No sé qué es lo más sorprendente de todo lo que tiene que ver con la investigación del SEPRONA por el desmantelamiento de esta antigua fábrica de cerámica en Rabasa.

Los muchos años que llevaba abandonada. Que una cuadrilla formada por una docena de personas estuviera desmantelando las instalaciones durante un mes sin que a nadie le pareciera nada raro. Que se llevaran 450 toneladas de hierro y que lo comercializarán con facilidad pese a ser robado. Que arrasaran con unas cien toneladas de fibrocemento, un material cancerígeno y dañino para el medio ambiente. Que todo ello se hiciera en el entorno de las lagunas, un paraje natural y un humedal protegido por la legislación municipal.

También es curiosa la poca atención que se le presta a esa zona de Rabasa que cayó en el olvido cuando fue desactivado el pelotazo que quería dar el empresario Enrique Ortiz.

Ahora, una treintena de asociaciones ha pedido que en esos terrenos se deje de cazar y que ese paraje forme parte del cinturón verde de la capital alicantina.

Sin duda, un mejor futuro, alejado de la chatarra, merece esa zona de Rabasa.