Promesas electorales y 122 millones sin invertir
La Columna de Carlos Arcaya: «Promesas electorales y 122 millones sin invertir»
Alicante
Las campañas electorales son tiempos de promesas, de políticos sin corsé derrochando simpatía, besando y haciendo carantoñas a todos. Vale, hasta ahí, nada nuevo. Hay quien se queja de que muchas de esas promesas terminan quedándose en nada, pero si no se hicieran diríamos que carecen de programa. Y también es cierto que muchas propuestas carecen de hilo conductor.
A veces, esas promesas se juntan con las últimas decisiones de una determinada administración. Por ejemplo, en el caso del Ayuntamiento de Alicante se acaba de dar el visto bueno al plan para construir el futuro parque central. Tras muchos años de espera, el anuncio es una buena noticia que ningún partido puede patrimonializar, pero todos pueden exigir parte de la paternidad.
Pero, también esas promesas, a veces, se juntan con noticias como que el consistorio alicantino tiene en la caja 122 millones de euros. Y me dirán, eso es por ser buenos gestores. No. Es precisamente, por falta de gestión durante los últimos años. Obras que se han quedado en los cajones.
Por tanto, a los políticos hay que exigirles propuestas, pero también que las enmarquen en un todo y que tengan capacidad de hacerlas realidad.