"No me entra en la cabeza cómo pudieron sacarme del hospital": El testimonio de una castellonense a la que derivaron a una clínica concertada de València para abortar
En 2021 Sanitat registró 782 interrupciones voluntarias del embarazo en la provincia de Castellón
Entrevista a Livia Álvarez, castellonense que en 2017 fue derivada de la sanidad pública a una clínica privada para abortar.
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Castellón
Este martes el Tribunal Constitucional ha avalado la ley del aborto de 2010, que blinda el derecho de las mujeres a interrumpir libremente un embarazo en las primeras 14 semanas de gestación sin necesidad de cumplir ningún requisito.
La reforma del Gobierno de la ley, aprobada definitivamente en febrero por el Congreso de los Diputados, garantiza, entre otras muchas cuestiones, la realización de interrupciones voluntarias del embarazo en centros sanitarios públicos, elimina la exigencia de autorización paterna para las menores de 16 y 17 años, y regula la objeción de conciencia.
En la provincia de Castellón, en 2021 se registraron 782 interrupciones voluntarias del embarazo, según los últimos datos de la Conselleria de Sanitat a los que esta emisora ha tenido acceso.
Según fuentes oficiales, en estos momentos, todos los departamentos de salud de la provincia están realizando estas interrupciones, no obstante, las mismas fuentes aseguran que en los últimos años, se derivaron a mujeres de estos hospitales a otras clínicas, debido a la falta de especialistas, tales como los ginecólogos.
El caso de Livia, y de tantas
Es el caso de Livia Álvarez, vecina de Vinaròs de 38 años, que en 2017 interrumpió voluntariamente su embarazo en la semana 22 debido a una malformación coronaria en el feto incompatible con la vida.
En el programa A Vivir Castellón, explica que su caso corría a cargo del Hospital Comarcal de Vinaròs y la derivaron a una clínica concertada en València, de carácter ambulatorio: "No tenía ningún coste económico pero las condiciones no eran las mismas que en un hospital. No entiendo cómo yendo desde el sistema público se me derivó a una clínica privada estando de 22 semanas".
Tal y como explica en la entrevista, un aborto quirúrgico no deja de ser un parto, no obstante, la atención fue muy diferente. Álvarez asegura que la despertaron cuando todavía se encontraba sedada y, a pesar de los vómitos y de la debilidad que presentaba, tuvo que abandonar la clínica el mismo día de la interrupción: "¿En qué cabeza cabe que cuando tienes un aborto así, ese mismo día, tengas que irte? Este es un tipo de violencia contra la mujer que no se puede permitir".
El eterno tema tabú
Esta vecina de Vinaròs denuncia en esta emisora el estigma que siguen sufriendo las mujeres que deciden abortar, el ocultismo que envuelve este derecho y la poca información y educación al respecto que reciben las jóvenes, muchas de las cuales, acuden en secreto a interrumpir su embarazo.