La «popular» María José Catalá ha sido elegida nueva alcaldesa de València este sábado, destronando así al dirigente de Compromís Joan Ribó, tras ocho años en el cargo, y recuperando para su partido la tercera ciudad más poblada de España, que gobernará en minoría y con pactos «puntuales». Catalá ha sido investida alcaldesa con los 13 votos de su grupo, rehusando a un pacto con Vox, cuyos 4 concejales le hubieran dado la mayoría absoluta (17 de los 33 ediles de la corporación) para gobernar. El resto de formaciones -Compromís con 9 concejales, PSPV-PSOE con 7 y Vox (4)- han votado a sus candidatos, en un pleno que ha contado con la presencia del líder del PP en la Comunitat Valenciana y próximo «president» de la Generalitat, Carlos Mazón, y el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons. El Partido Popular vuelve al poder tras el período liderado por Rita Barberà, quien estuvo al frente del consistorio 24 años ininterrumpidos. La popular María José Catalá ya es la alcaldesa de València. Este era el momento en el que Joan Ribó daba la vara de mando. No ha habido sorpresas. Los 13 concejales del PP, que ganó las elecciones, han sido suficientes para que Catalá lidere ya la ciudad, aunque en minoría. Por delante cuatro años en el que los pactos van a ser fundamentales. Por eso su discurso se ha centrado en llamar a la unidad de los partidos políticos, en insistir en que gobernará para todos y en dejar claro, eso sí, que va a empezar a gobernar ya mismo. María José Catalá promete dejarse la piel por cuidar València, por encima de ideologías y siglas, con un objetivo, volar alto para que recupere su luz, su esplendor. Consciente de que no cuenta con mayoría absoluta, asegura que tiene el reto de gobernar para todos, desde el diálogo para buscar acuerdos. Catalá ha dejado muy claro que no va a dar ni un paso atrás en materia de violencia de género, aunque tampoco aceptará lecciones de nadie. Promete políticas de fomento de la natalidad, de apuesta por la movilidad sostenible, pero segura, y de impulso de la economía y el empleo, con una bajada de impuestos. Y un anuncio, una de sus primeras medidas será la de recuperar la doble nomenclatura de la ciudad, en valenciano y castellano. Catalá se compromete a poner en marcha un plan de choque de limpieza, a aumentar los efectivos de la policía local para mejorar la seguridad, a impulsar una política de vivienda y a reforzar los servicios sociales, con un objetivo, que no haya personas que tengan que dormir en la calle en València. Eso ha dicho la nueva alcaldesa de València. Enfrente tendrá tres partidos en la oposición, entre ellos Vox. Su portavoz, Juanma Badenas, asegura que apoyarán al PP en los asuntos que consideren oportunos, pero en su discurso ha asegurado que la decisión de Catalá de gobernar en minoría no se encamina al bien común, no es virtuoso, lo ha calificado de gobierno amoral. Por su parte, el hasta ahora alcalde, Joan Ribó, ha destacado que se van dejando una mejor València, más plural, más verde, y con las manos limpias. Ribó se compromete a denunciar si se producen actos de corrupción. Ha asegurado que estarán vigilantes de la economía de la ciudad, para que no vuelva a dispararse la deuda. Harán una oposición clara, pero constructiva, sin caer en el no por el no. Y la socialista Sandra Gómez recuerda que en 2015 encontraron un Ayuntamiento arruinado y una ciudad lastrada por el paro y por la hipoteca reputacional. Ahora es todo lo contrario. Ha pedido a Catalá que no lo estropeen. Porque, según ha dicho, esta ya no es la ciudad de la familia Corbín, Grau o Barberà. Es la capital verde Europea, del diseño o del turismo inteligente y sostenible, la mejor ciudad del mundo para vivir. Gómez se ha mostrado preocupada porque la bajada de impuestos se traduzca en menos inversiones y servicios públicos. Pero sobre todo preocupada por el futuro de las mujeres. Del pleno, como curiosidad, de los 33 concejales, todos los de derechas han jurado el cargo y los de izquierdas han optado por la fórmula de la promesa. Eso sí, por ejemplo, los ediles de Vox han utilizado la versión en castellano, como todos los del PSPV menos Nuria Llopis, los de Compromís lo han hecho todos en valenciano y en el PP, 8 han optado por el castellano y 5 en valenciano, entre ellos María José Catalá. Y añadir también que algunos, casi todos de la bancada progresista, han añadido algún comentario a la fórmula tradicional de jura o promesa. Por ejemplo, Ribó ha prometido defender la huerta, las playas y la Albufera frente a cualquier agresión, Sandra Gómez defender los derechos de las mujeres, especialmente las víctimas de violencia de género y Giuseppe Grezzi, que iba con una camiseta con la bandera pirata, ha añadido que defenderá los ideales de una València abierta, culta, animalista, verde y antifascista. Y luego está el lío de las banderas y la imagen de la Virgen, porque Joan Ribó ha denunciado a primera hora que gente del equipo de María José Catalá había descolgado la bandera la bandera arcoíris que desde ayer estaba en el balcón consistorial para anunciar la fiesta del orgullo. Pero desde el PP aseguran que Compromís había mandado una orden pidiendo que se retirara esta mañana. Y mientras se celebraba el pleno, los funcionarios municipales han trasladado la imagen de la Virgen de los Desamparados a la planta noble del Ayuntamiento. El PP asegura que esta semana han mantenido reuniones con la jefa de Servicio de Arquitecturas y Centrales Técnicos y con el Secretario del Ayuntamiento y el traslado se ha realizado por técnicos y siguiendo las indicaciones de los mismos.