Casa Caridad València atendió a casi un 25 % más de personas en 2022, la mitad de ellas mujeres

València

"Vivimos en una casa que nos deja un amigo que solo nos cobra los servicios que consumimos. A mi marido, en la construcción, no le pagan como a los demás por no tener documentación al día y solo ingresa 450 €. No es una situación fácil, te tienes que privar de muchísimas cosas". Así se expresa Doris, una mujer colombiana usuaria de Casa Caridad.

Doris vive en València junto a su marido y sus tres hijos desde hace tres años, en su país ella era dentista y él policía. Al llegar a España, cuenta Doris, pidieron asilo, pero no se lo han aprobado y están en situación administrativa irregular por lo que no pueden trabajar y, los únicos empleos a los que pueden acceder, es él en la construcción y ella en la limpieza del hogar.

Su hija mayor, de 25 años, era chef en Colombia pero aquí teletrabaja de traductora. Sus otros dos hijos tienen 17 y 14 años y estudian: "Llegamos por una falsa promesa de trabajo y cuando llegamos a Madrid descubrimos que era totalmente mentira. Allí recibimos amenazas de muerte".

Ellos son solo una de las muchas historias que se esconden en las familias atendidas por Casa Caridad, que este martes ha presentado su memoria de actividad de 2022. El número de atenciones el año pasado subió casi un 25 % en comparación con 2021. El número total de personas atendidas en situación de sin hogar o en riesgo de exclusión social llegó a las 4.206.

Según la directora gerente de Casa Caridad, Guadalupe Ferrer, la situación económica derivada de crisis sanitaria y de la guerra de Ucrania es la razón que provoca esta realidad y las familias tienen que elegir entre pagar las facturas o comer: "Hay gente que tiene que decidir si paga su hipoteca o come. Es una situación difícil porque, además, hay pobreza subyacente. Hay gente que tiene empleo, pero no es suficiente".

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Del total de personas atendidas en 2022, más de la mitad son mujeres o niñas en situación de vulnerabilidad lo que refleja la feminización de la pobreza. Según Ferrer, es una coyuntura que se repite año tras año y alerta sobre su significado porque las mujeres siempre han sido más resilientes: "Si llegan a nosotros, es porque ya han agotado todas las redes".

En 2022, Casa Caridad apoyó a las familias con ayudas al alquiler y soluciones habitacionales, pero sobre todo con comida y productos de higiene; de hecho, la partida dedicada a estos últimos dos ámbitos subió un 33 %.

La Asociación Valenciana de Caridad cuenta con un comedor social para personas en situación de sin hogar, dos centros de acogida temporal, el programa de atención y distribución de alimentos y productos de higiene, diez viviendas supervisadas dentro del Proyecto Fénix y tres Centros de Educación Infantil.

En opinión de su directora gerente, sí hay ayudas sociales destinadas a estos colectivos, como el Ingreso Mínimo Vital, pero "hay que agilizar los procesos", concluye.