Las empresas valencianas se preparan para las altas temperaturas y los sindicatos piden protocolos más concretos

València

Acaba de empezar el verano y, aunque la previsión de la AEMET es que este año no sea tan cálido como el pasado, las altas temperaturas volverán a ser un riesgo para miles de empleados que trabajan al aire libre o que lo hacen en industrias donde se llegan a índices de calor muy extremos. Tras lo ocurrido el año pasado, cuando al menos dos trabajadores murieron en Madrid por un golpe de calor, las grandes empresas han reforzado las medidas en el tema, pero los sindicatos ponen el foco ahora en las pequeñas empresas y piden protocolos concretos para cada puesto de trabajo.

Aquí en la Comunitat Valenciana, según UGT y Comisiones Obreras, las grandes empresas se han puesto las pilas en cuanto a medidas para evitar golpes de calor ya que cada vez las temperaturas son más altas. Marisa Baena, la responsable salud laboral en UGT del País Valencià, detalla que, a medida que pasan los años, gracias a las campañas de prevención de los sindicatos y la inspección de trabajo, las empresas se toman en serio este problema.

Qué hacer si hay incumplimientos

Desde UGT recuerdan que los trabajadores pueden acudir al sindicato si creen que su empresa no cumple las medidas respecto a las altas temperaturas y, en el caso extremo de creer que su vida está en peligro, pueden parar de trabajar y denunciarlo a la inspección de trabajo, que tiene 24 horas para pronunciarse. Lo que falta, añade Marisa Baena, es concretar más las medidas y que se adapten a cada puesto de trabajo.

El secretario de Acción Sindical y Salud Laboral de Comisiones Obreras del País Valencià, Jaume Mayor, recuerda que todas las empresas cuya plantilla trabaje a altas temperaturas deben tener un protocolo para evitar golpes de calor. Anima a esos trabajadores a denunciar los incumplimientos, pese a que en muchos casos es difícil.

Mayor coincide con Baena enque tras la experiencia del año pasado y después de que cada vez las temperaturas sean más extremas las grandes empresas ya se han puesto manos a la obra, pero explica que en las pequeñas, donde no hay representación sindical, sigue siendo una tarea pendiente.