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OPINIÓN - LEVANTE UD

Miguel Ángel Valiente, ¿alternativa, oposición o un bien estratégico para la salida programada de Quico Catalán?

Según ha podido saber la Cadena SER, este lunes el empresario Miguel Ángel Valiente, octavo en el ranking accionarial granota, dará un paso al frente y comunicará que está dispuesto a asumir la gestión del club si recibe el apoyo de la Fundación

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Se acabó la cortesía, pasamos a la acción. He silenciado durante muchas semanas el nombre del Miguel Ángel Valiente como alternativa a Quico Catalán para no embarrar más la situación del equipo tras el decepcionante empate ante el Ibiza, el atropellado final de liga regular y el play off de ascenso.

Hablar hace dos meses o incluso un segundo antes del infame penalti ante el Alavés, de un posible candidato a la presidencia del Levante era un puñetero brindis al sol, porque a Quico Catalán con el equipo en Primera no lo sacan del Ciutat de Valencia ni los G.E.O.

El ascenso solo hubiera tapado otra acumulación de errores garrafales y de despilfarro. La destitución de Nafti, la contratación de otro cuerpo técnico en la novena jornada y el descalabro de fichajes como Wesley Moraes, Bouldini, Musonda, Saracchi o Rober Ibáñez y que fueron las grandes apuestas de la nueva dirección deportiva. Imperdonable.

Un club que arrojó en dos ejercicios consecutivos la friolera de 45 millones de euros de pérdidas, no podía contar con la complicidad y el apoyo del Patronato de la Fundación, dándole a Quico Catalán más fichas para que redoblara su apuesta y se jugara la viabilidad financiera y la situación patrimonial en la ruleta del fútbol. Ahora, ya no tenemos ni para pagar el taxi. Ha sido otro insulto a la inteligencia de los abonados y de los accionistas. Imperdonable.

Se acabó Quico. La paciencia tiene un límite. Este silencio administrativo sin salir públicamente a pedir perdón, ni dar una mínima explicación de lo sucedido, solo atiende a razones de maquillaje contable mientras intentas vender a la carrera a Jorge De Frutos, Pepelu, Bouldini, Vezo o Cárdenas antes del 30 de junio y al mismo tiempo encuentras algún mecanismo financiero que te ayude a pagar los salarios de los jugadores. Imperdonable.

Según ha podido saber la Cadena SER, hoy la sociedad levantinista conocerá en primera persona que el empresario, Miguel Ángel Valiente, octavo en el ranking accionarial granota, dará un paso al frente y comunicará que está dispuesto a asumir la gestión y a deconstruir el club con otros métodos más profesionales y menos pasionales.

Valiente, será una alternativa amable si Quico Catalán, en un acto de generosidad da un paso al lado y anuncia su marcha, pero si el presidente ejecutivo se aferra al cargo con la connivencia de la Fundación, encontrarán una oposición que llenará de minas el camino hasta la próxima Junta General, si es que antes no se convoca una Junta Extraordinaria para ir a una ampliación de capital y que desactivará cualquier acceso al despacho presidencial.

Este miércoles, el Patronato de la Fundación escuchará de boca de Quico Catalán el informe de gestión, el balance de situación financiera al cierre del ejercicio y la triste realidad deportiva, con Miñambres y Calleja ratificados en sus cargos ante la imposibilidad de pagar sus finiquitos.

Quico tendrá varias salidas. La dimisión en bloque de su Consejo o una marcha en diferido para que la Fundación abra un proceso electoral, sin que se produzca un vacío de poder en un momento de máxima actividad.

La Fundación tendrá que fijar un calendario para la presentación de candidatos y de candidaturas levantinistas que alberguen alguna esperanza y generen certidumbre. Si la Fundación considera que ninguna de ellas le ofrece suficientes garantías, no le quedará más alternativa que iniciar la búsqueda de inversores que compren la deuda a cambio de quedarse con el paquete de control accionarial y los 113 años de la historia del decano del fútbol de la Comunitat Valenciana. La Fundación no es partidaria de poner en venta el club y si les obligan, Vicente Furió y muchos patronos dimitirán.

Hay un tercer escenario híbrido, que empieza a calar como lluvia fina y que pasaría por ir a una ampliación de capital para rescatar al club en un gesto de patriotismo granota, pero con un plan B precocinado desde hace muchas semanas.

La maniobra táctica arrancaría el miércoles con el adiós en diferido de Quico Catalán, anunciando que no se presentará a una reelección, pero estratégicamente sería él mismo quien propondría como solución, a su negligente gestión, una ampliación de capital que permitiría la inyección de unos 20 millones de euros que le ayuden a pagar las facturas que él mismo ha generado. Macanudo.

Y para cuadrar el círculo, solo falta convencer al Patronato de la Fundación para que acepte diluir su peso y su porcentaje accionarial al no concurrir en dicha ampliación. La tercera ronda que se abrirá para la compra de nuevos títulos quedará prácticamente desierta, excepto para que algún amigo de la infancia del actual Consejo, José Danvila, pudiera captar la atención de inversores, como ya apareció Benjamin de Rothschild en nuestras vidas y que ayuden a superar este mal momento de liquidez.

En agradecimiento por el rescate, el nuevo gran accionista contaría con el beneplácito de la Fundación para montar 'la candidatura ganadora' que pilotaría el club durante una legislatura en la que hay que acometer con el dinero de CVC la construcción de la Ciudad Deportiva de Nazaret y la fase dos de la remodelación del estadio. El posado en esas dos instantáneas vale una pasta.

En un lenguaje castizo, sería poner a un delfín controlado por el gran capital y por las familias de siempre. Técnicamente, la Fundación no habría vendido el club a un máximo accionista porque no podrá adquirir el 51% de la sociedad, los patronos ya no serían responsables del futuro del Levante porque los otros 10.295 accionistas habrán tenido la oportunidad de participar en la fiesta de la democracia monetizada y a Miguel Ángel Valiente y al resto de candidatos se les agradecerá su levantinismo, pero simplemente habrán formado parte del attrezzo de forma involuntaria. Jugada maestra y a vivir que son dos días.

José Manuel Alemán

Redactor de Deportes en Radio Valencia