Los delitos de odio relacionados con la LGTBI-fobia son los que más investiga la Fiscalía y los más violentos

València

Los delitos de odio relacionados con la homofobia son los que más investiga la Fiscalía desde 2022, que han reemplazado a los ataques de índole xenófoba. Así lo señala la fiscal delegada de delitos de odio en la provincia de Valencia, Susana Gisbert, que apunta, en el Día Internacional del Orgullo LGTBI, que cada vez percibe más ataques hacia el colectivo.

La Memoria de 2021, la última publicada, recoge que la Fiscalía abrió 61 diligencias de investigación por delitos de odio en la provincia de Valencia y 20 de ellas fueron por LGTBI-fobia. No obstante, Gisbert señala que ella en su día a día ella constata un incremento: "En 2022 casi se han duplicado el número de diligencias de investigación y en lo que llevamos de 2023 vamos por la misma senda".

Gisbert explica que ahora los delitos relacionados con la orientación sexual o de género ocupan el primer lugar de los que investigan y destaca que, si se habla de otras tipologías de delitos de odio, como los ideológicos, "hay más cometidos con la palabra", pero las personas LGTBI+ sufren acciones más violentas como "directamente pegar o amenazar". "El colectivo sufre una especial inquina o animadversión", asevera.

Según la fiscal, los agresores suelen ser hombres, pero las víctimas son tanto hombres como mujeres, y señala que todos los casos que han llevado a juicio desde la Fiscalía terminan en condena, aunque incide en que a esto "habría que sumar los casos que empiezan por atestado en los juzgados". En su opinión, es importante explicarlo porque las víctimas y los agresores deben saber que agredir "no sale gratis".

Las personas migrantes están más expuestas

La fiscal, además, habla de la doble vulnerabilidad que sufren las personas migrantes porque muchas de ellas no denuncian por miedo a ser deportadas: "A día de hoy aún no está previsto que quien es víctima de un delito de esta índole tenga determinadas ayudas, como la residencia legal. Lo hemos pedido porque si no, estas personas nunca van a denunciar".

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Gisbert cree que el incremento de los delitos de odio está directamente relacionado con la llegada de determinados mensajes a las instituciones porque hasta ahora era "políticamente incorrecto despreciar la orientación sexual", pero, apunta, determinados partidos ya no condenan estos actos.

La fiscal defiende que "la gente no se vuelve homófoba de repente", pero actualmente se legitiman y banalizan algunos mensajes: "Antes tenían un reproche social, pero ahora ven las puertas del campo abiertas para soltar sus miserias". Gisbert concluye: "Es muy triste que una cosa que teníamos clara hayamos pasado a no tenerla tan clara".