El proyecto del águila pescadora aterriza con más fuerza en la Marjal de Pego-Oliva
Una docena de estas aves, procedentes de Escocia, se instalan en el paraje natural para intentar asentar la iniciativa de reintroducción de la especie
Pego
La Conselleria de Transición Ecológica ha introducido12 nuevos pollos de águila pescadora en el parque natural de la Marjal de Pego-Oliva, en el marco de un programa institucional de colaboración.
Las doce aves rapaces llegan desde tierras escocesas (por primera vez), de la mano de la Roy Dennis Wildlife Foundation, fundación que trabaja en la restauración de especies y que está en la vanguardia de la investigación sobre la migración de aves. Una entidad que ha participado en la reintroducción de aves en Suiza, el País Vasco o el sur de Inglaterra, entre otros lugares, y que ahora va de la mano en este proyecto que pusieron en marcha hace iniciativa la Fundación Migres, la conselleria de Medio Ambiente, los ayuntamientos de Pego, Oliva, Dénia y Xàbia, y la Fundación Iberdrola.
De nuevo sobre las faldas de la Muntanyeta Verda la comitiva que ansiaba ver a los doce especímenes ha podido conocer a los polluelos, que por el momento no tienen nombre, salvo uno de ellos, “se llama Pepe en homenaje a una persona que nos ayudó en la aduana muchísimo, pues parecía que no íbamos a poder traerlos”, ha explicado Itziar Colodro, alma mater de este proyecto, miembro de la Fundación Migres.
No es la primera vez que se intenta reintroducir al águila pescadora en la Marjal, pero si la primera de forma tan ambiciosa. En las anteriores ocasiones el número de especímenes fue más reducido, entre 2 a 5 polluelos, ahora se ha optado por una docena: “Aumentando el nombre de ejemplares se aumentan las posibilidades de supervivencia de la especie ya en el primer año”, ha remarcado Colodro.
El viaje de las aves ha sido tranquilo para ellas, pero complicado, especialmente para poder pasar la aduana, pues con el Brexit todo es más difícil, de manera exponencial, y en el caso del transporte de animales, siempre es una situación delicada”, ha matizado Itziar.
La odisea de la docena de águilas pescadoras empezó mucho antes, en el proceso de selección. “No se ha dejado nada al azar”, ha comentado Colodro. En la selección de los especímenes se tienen encuentra diferentes parámetros, uno de los más importantes es su tamaño, “debe ser el adecuado, ni muy pequeños porque pueden sufrir más en el traslado, ni muy grandes para evitar que quieran iniciarse en los vuelos antes de lo previsto, su instalación en su nuevo hogar”. Bajo esta premisa se escogen siempre los polluelos más pequeños de cada uno de los nidos de los que se hace seguimiento en la costa escocesa, “se aumenta así la probabilidad de vida de las otras aves que se quedan, y con ello se incrementa la población efectiva”.
Otro de los requisitos imprescindibles es su buen estado de salud, “deben estar en perfectas condiciones físicas”; y el sexo de los especímenes: aunque los expertos aseguran que es mejor que el porcentaje de machos sea ligeramente superior al de hembras, en esta ocasión, así se ha hecho en esta ocasión. En las anteriores se había optado por el 50%, “nos preocupaba más la salud que el sexo de los polluelos, esta vez la selección ha sido más específica”.
Hecho el viaje, ahora las águilas deben aportar su parte, adaptarse al medio. Contarán con la ayuda de los técnicos del proyecto, “intentaremos que tengan el mínimo contacto humano, no queremos que la consideren una especie amiga”. Para ello se va a optar por el método ‘hacking’ a la hora de alimentarlos durante sus primeros compases de vida aquí en la Marjal. “El ‘hacking’ consiste en la crianza de los polluelos en estado de semi libertad. Se colocan en nidos que simulan a los naturales y se les proporciona la comida de manera artificial, intentado evitar al máximo que el anima conozca su procedencia”, ha explicado Colodro.
Pasadas las primeras semanas, en las que los polluelos todavía salen muy poco de sus nidos, éstos empezarán a alzar el vuelo, otro de los momentos cruciales. En las anteriores ocasiones las migraciones de estas aves les ha conducido a un final trágico, “suele pasar, porque tienen muchas trabas que sortear en sus recorridos, desde puntos eléctricos hasta furtivos. Nosotros les colocamos un GPS para realizar un seguimiento pero no podemos hacer nada más al respecto, tan solo hacer que su estancia aquí sea la mejor para que lo perciban como su hogar y quieran volver”, ha matizado Colodro.
“Estamos encantados de recibir, una vez más a estas aves. Queremos que el proyecto funcione y que en un futuro no muy lejano la especie se asiente en la zona. Por ello siempre hemos estado y vamos a estar apoyando esta propuesta, esté quién esté en las instituciones, y aunque tengamos menos apoyos”, ha indicado el alcalde de Pego, Enrique Moll.
El munícipe ha resaltado “el increíble trabajo que están realizando los técnicos, su empeño en que este proyecto funcione es admirable. Ojalá en poco tiempo podamos confirmar la consolidación de este proyecto y que así vean todo su esfuerzo recompensado”.