Baraja ha elegido el camino de decir la verdad... con todas sus consecuencias
El técnico del Valencia preparó la rueda de prensa de ayer y tenía muy claro el mensaje que iba a enviar y el que enviará durante todo el mes de agosto
Valencia
"Seremos sinceros y valoraremos la plantilla a 31 de agosto. Yo no voy a fallar a mi gente diciendo cosas que no son coherentes". La frase es de Rubén Baraja anoche tras la derrota contra el Aston Villa y tiene una doble lectura: aviso de lo que viene los próximos 25 días en cuanto a sus comparecencias ante los periodistas y mensaje a todo aquel que -dentro del club- se atreva a defender públicamente que es normal haber hecho solo un fichaje en dos meses después de estar a punto de bajar a Segunda la temporada pasada.
Como ya hiciera en los días previos al partido contra el Betis que supuso la permanencia el pasado 4 de junio, Pipo preparó la rueda de prensa de ayer consciente de que iba a estar bajo los focos después de no hacer declaraciones en toda la pretemporada. Rubén Baraja tenía claro que iba a decir la verdad, que iba a mostrar de forma pública su incomprensión ante el bloqueo que sufre el club a la hora de rematar la llegada de jugadores como Canós o Amallah, que tampoco entrañan un coste económico importante.
Y lo hizo. En su línea de prudencia y respeto al escudo, pero lo hizo. "Espero que esto cambie. Necesitamos reforzarnos, es una obviedad. Necesitamos traer a esos jugadores que nos den competencia en los puestos, sobre todo arriba. Necesitamos gol y desequilibrio. No podemos normalizar que a seis días de empezar LaLiga, nos falten tantas piezas. Necesitamos cinco o seis jugadores que nos complementen el ataque". Leído con frialidad y detenimiento, es un sopapo en toda regla al máximo accionista, a la presidenta y al director deportivo. Ninguno de los tres, especialmente los dos últimos (de Lim hace años que no esperamos nada), ha dado explicaciones públicas en sala de prensa para exponer hacia dónde va el club y cuáles son las razones de este preocupante bloqueo a menos de una semana del inicio de la competición oficial.
El mensaje va en la línea de exigencia que ya apuntó en el Villamarín a principios de junio. Es un apretón público de manual después de ver cómo únicamente se ha producido -en más de dos meses- el fichaje de Pepelu y la adquisición en propiedad de Cenk, que la dirección deportiva ya tenía decidida desde la temporada pasada siempre que el Valencia no bajara a Segunda División.
Rubén Baraja eligió ayer un camino incómodo y que con Meriton siempre tiene el mismo final: el cese o la salida pactada. Pero Pipo no entiende otra forma de dirigirse al valencianismo que no sea decir la verdad. Ese camino ya no tiene retorno. Ayer no solo mostró su preocupación con la inacción deportiva del club, sino que ya avisó de lo que hará el 31 de agosto cuando la plantilla esté cerrada. En el cuerpo técnico no hay excesiva confianza en que, cuando acabe el mercado, el club haya incorporado los jugadores suficientes para solventar todas las carencias que tiene el equipo.
En el Valencia, muchos empleados reconcen que el Pipo tiene razón, que las cosas deben cambiar, que solo el fichaje de Pepelu es insuficiente. Pero hay resignación con las órdenes que llegan desde Singapur. Anoche una de las preocupaciones a nivel interno era ver cómo le sentaban a la presidenta las declaraciones de Baraja. Estoy convencido que ella, aunque jamás lo reconocerá, pensara algo muy parecido a su entrenador.
Pero Lay Hoon debería estar mucho más preocupada por otras cuestiones. Por ejemplo, debería preocuparse por cómo se sienten los 38.000 abonados -según estimaciones del club- que siguen ahí, dispuestos a gastarse mucho dinero otro verano más, en un ejemplo de fidelidad y lealtad a un sentimiento para no recibir prácticamente nada a cambio.
Otra de las preocupaciones importantes de la presidenta debería estar centrada en su ya dañada credibilidad, que va camino de sufrir otro golpe importante. El local management que ella misma defendió en persona en Singapur va a quedar herido de muerte si todo su ámbito de actuación ha sido renovar dos años al Pipo y firmar a Pepelu. Porque esas dos decisiones son solo el 5% de lo que había que hacer. Si no hay reacción inmediata y llegan jugadores para mejorar esa plantilla que hoy solo puede pelear por no bajar a Segunda, el final de la historia está escrito: Baraja dirá la verdad y Lim exigirá su cabeza.
Tengo delante el "comunicado" que el Valencia hizo público el 5 de junio, horas después de acabar la temporada. En lugar de ser valientes y sentarse en sala de prensa a dar la cara y responder preguntas, la SAD optó por publicar este texto en sus medios oficiales:
"Querida afición:
Queremos expresaros nuestro más sincero agradecimiento por vuestro apoyo incondicional al equipo. Nada de esto sería posible sin vosotros, ni en Mestalla ni fuera de nuestro estadio. Esta temporada ha sido muy dura. Sentimos vuestro dolor y sufrimiento y os pedimos disculpas. Vamos a aprender de las duras lecciones de esta temporada. Tendremos que hacer reset y reconstruir nuestro Club para los tiempos exigentes que se avecinan tras una mala temporada. Os pedimos, desde la humildad, que nos acompañéis en este viaje hacia un futuro mejor juntos. Os aseguramos que la dirección del Club está comprometida en trabajar muy duro para traer alegrías a todos nuestros aficionados y lograr la estabilidad que necesitamos. GRÀCIES, AFICIÓ!"
La afición ha respondido a la petición del club. Ya les decía más arriba que la entidad realiza una estimación de alrededor de 38.000 abonados para la temporada 23/24. Pero el Valencia no ha cumplido su parte. Ni ha habido reset ni reconstrucción. Ni alegrías, ni estabilidad. Todo ese texto es otra mentira y la salida del Pipo no debería ser la única. Si no hay fichajes, ni reset, ni reconstrucción, ni alegrías, ni estabilidad, ni Baraja por culpa de las órdenes de Peter Lim, Lay Hoon, Javier Solís y Miguel Corona tendrán ante sí una papeleta complicada: tragar o dimitir. El Pipo ya ha elegido un camino. Veremos qué hacen ell@s.
Fran Guaita
Jefe de Deportes en Radio Valencia y director...