Usuarios y empleados de la Biblioteca Azorín de Alicante, asfixiados por la falta de refrigeración

Alicante

Para calor, el que tienen que soportar estos días los usuarios de la Biblioteca Pública Azorín, en Paseíto Ramiro.

Las empleadas se quejan de que desde hace casi un mes algún aparato de aire acondicionado, como el de la sala de préstamos, está estropeado, y han de recurrir a ventiladores en el mostrador, que aún así, no disipan el bochorno que se acumula en este y otros espacios de paso.

Aunque no sucede en todas las salas, hay quienes preparan oposiciones, acompañan a sus pequeñas hijas lectoras, leen el periódico o, como Sergei, un ruso que de nueve a dos y media estudia español, que acuden diariamente soportando las altas temperaturas.

En septiembre la biblioteca recuperará su horario vespertino, ya que durante agosto cierra a las 9 y media y los préstamos bibliotecarios son de un mes.

De momento, están aguantando temperaturas muy elevadas, se quejan las empleadas, dado que es un edificio acristalado y da el sol durante todo el día. Lo peor es la sala de préstamos, y también la sala general en la planta superior, donde el aire funciona pero a baja intensidad.

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La esperanza es que esta y otras deficiencias terminen cuando se acometa la ansiada rehabilitación del edificio de cinco plantas, que lleva años prometida, desde que en 2020 el entonces ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, anunciado la inclusión en los presupuestos de su reforma con una partida de 14 millones de euros. Este mismo año, Miquel Iceta anunciaba una inversión de 12,1 millones de euros para finales de este 2023, sin que de momento se haya visto ninguna intención de acometerla.