La UPV reduce su consumo energético hasta un 15 % en algunos edificios por la consolidación de las medidas de ahorro

València

La Universitat Politècnica de València ha reducido su consumo energético en la mayoría de sus edificios entre un 3 y un 15 % entre enero y agosto de 2023, en comparación con el mismo periodo de 2022. El centro puso en marcha diferentes medidas de ahorro de energético tras la invasión rusa de Ucrania y, un año después, según Débora Domingo, vicerrectora de Desarrollo Sostenible de la UPV, "gracias a la concienciación ciudadana", siguen notando el resultado.

Domingo señala que la reducción del consumo energético también ha tenido repercusión en la factura, que ha bajado a la mitad en agosto y, como causa, apunta a la sensibilidad de la ciudadanía: "El año pasado en agosto pagamos el kWh a 44 céntimos y este año lo hemos pagado a 18 céntimos. Es importante porque la factura se ha reducido, pero lo que importa es la concienciación".

La vicerrectora ha señalado que la UPV "ya tiene implantados muchos automatismos en las luces" pero, como ejemplos de concienciación, se ha referido a los cambios en los horarios que han adaptado en algunos departamentos que los concentran para no tener que usar tanto el aire acondicionado.

Domingo defiende que, "cuando llega un periodo vacacional, organizan los turnos de trabajo para que el centro al completo se pueda cerrar durante unos días". Según explica, así se produjo en Pascua o en verano: "La gente hace un esfuerzo importante por concentrar esos días de trabajo o por solicitar menos días el aire acondicionado si no saben a ciencia cierta que van a ir".

En su opinión, el alumnado también aporta su grano de arena porque van muy por delante en materia de preocupación medioambiental. Domingo asevera, no obstante, que hay mucho margen de mejora que se puede aplicar, por un lado, en materia técnica y, por otro, humana. La responsable apunta que habría que renovar instalaciones y hacen falta recursos.

Según apunta, el parque inmobiliario del Campus de Vera de la UPV es de los años 70 y 80 y los últimos edificios en construirse datan de los 2000. A su juicio, son construcciones que "están obsoletas y tienen mucho margen de mejora": "Si tuviésemos una financiación estable y de larga mirada podríamos planificar mejor nuestros recursos para meter en programación todo lo que ya venimos haciendo al ritmo que podemos".

Según defiende, "concienciar es importantísimo", pero Domingo asegura que cambiando un sistema de aire acondicionado o haciendo una rehabilitación energética "reduces muchísimo más de lo que estamos haciendo ahora mismo".