Asociar la venta del Valencia CF al desbloqueo del Nuevo Mestalla: chantajes y peligros

Valencia

El pasado sábado, tras una conferencia organizada por LaLiga centrada en la lucha contra la piratería en el ámbito deportivo, Javier Tebas volvió a ejercer presión sobre las autoridades políticas valencianas para que se desbloquee el conflicto del Nuevo Mestalla. No es la primera vez. Y probablemente no sea la última. El 8 de abril de 2022, la patronal incluso emitió un comunicado en el que definía uno de los proyectos de estadio presentados a la administración como "muy completo". En dicha nota pública, apremiaba a las instituciones a conceder "los permisos oportunos para construir" el nuevo estadio.

Además de apretar a los políticos, Tebas sigue en sus trece. No termina de censurar de forma directa la gestión deportiva y económica de Lim. Ni entra a valorar con seriedad el evidente declive competitivo del Valencia. Ni censura a un consejo de administración que se ha convertido en una máquina de perder dinero durante la gran mayoría de los ejercicios que ha cerrado en Mestalla. Este fin de semana, de forma tozuda y errónea, repitió el mantra de siempre: "cuando el equipo ganó la Copa, nadie me preguntó por Lim". E insistió en las 25.000 personas que le recibieron con alfombra roja en Mestalla hace casi una década. En esa parte de su discurso, tremendamente equivocado, nada ha cambiado.

La modificación en su hilo argumental viene, sobre todo, en lo referente a la venta de la SAD. Tebas aseguró estar dispuesto a colaborar con el máximo accionista del club "si me pide ayuda para intentar buscar un comprador a su parte accionarial. Si él lo requiere, para eso estamos. Me da lo mismo que sean propietarios españoles o no. Aquel propietario que quiera salir de su propiedad, mi misión es que puedan hacerlo de la forma más beneficiosa para ellos. Si me lo pide, allí estaré". Es la primera vez que Tebas abre la puerta de una forma tan nítida a la posibilidad de que cambie la propiedad de la entidad valencianista.

¿Qué hay detrás de estas declaraciones de Javier Tebas? ¿Cuál es el motivo que lleva al máximo mandatario de LaLiga a enviar ese mensaje de facilidades para el cambio? Según ha podido saber la Cadena SER, en Torrelaguna 60 interpretan señales de cansancio en Meriton, además de la evidente desinversión en el primer equipo que a punto estuvo de provocar el descenso a Segunda la temporada pasada. El verano no ha ayudado a modificar esa visión. Lim ni siquiera utilizó todo el margen económico que le permitía el FPF de LaLiga para reforzar una plantilla que vuelve a correr serio riesgo de perder la categoría. Todo ello unido al irresoluble conflicto social que ha generado la negligente y desafiante gestión de Peter Lim en València motiva el discurso de la patronal, absolutamente receptivo a la posibilidad de un cambio en la mayoría accionarial de la SAD.

Que Tebas asuma la necesidad de esa salida de Lim, que también sería buena para LaLiga, es una buena noticia. Más si cabe que lo verbalice de forma pública coincidiendo con su visita a la ciudad. Lo que no está tan claro es que esa marcha de Meriton esté vinculada a que Peter disponga de los aprovechamientos del Nuevo Mestalla. En la sede de la patronal consideran que solventar la contingencia inmobiliaria de Cortes Valencianas podría facilitar una "salida pactada" para el máximo accionista. Javier Tebas lo defendió así: "El Nuevo Mestalla sería bueno para Valencia, no para Lim. Aquí es todo lo contrario de lo que algunos dicen. Es más fácil que Lim venda si está hecho el Nuevo Mestalla a que si no lo está hecho".

Más presión para las autoridades políticas. Que no deben moverse las líneas marcadas por el anterior equipo de gobierno. Sobre todo porque es Tebas y no Lim quien asocia la venta de la mayoría accionarial a la operación del Nuevo Mestalla. Quien debe hacer públicas esas intenciones, si es que las tiene, es Peter. Él mismo o a través de la presidenta. Y eso no ha ocurrido. Javier Tebas, una vez más, le hace de portavoz. Pero no es un portavoz neutral ni objetivo. Porque a LaLiga le conviene que ese dinero de CVC no siga en un cajón. Aquí sigue habiendo muchas incógnitas por despejar. ¿De dónde salen los 160 millones que el club estima necesarios para acabar las obras? ¿Y si Lim, resuelta la contingencia inmobiliaria, no vende? Los compromisos, por escrito. Las palabras, como se demostró en el proceso de venta de 2014, se las lleva el viento.