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Trasvase Júcar-Vinalopó

Los regantes de la Junta Central ven el convenio "como un primer escalón" y recuerdan que aún faltan las obras del postrasvase

El mayor escollo ha estado en negociar con Acuamed y la CHJ y en fijar el precio a 24 céntimos

Nacimiento del Río Vinalopó //Foto: Serra de Mariola

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Tras la firma ayer del convenio histórico del trasvase Júcar-Vinalopó, para traer casi 280 hectómetros cúbicos de agua de riego durante la próxima década, los regantes, contentos, hacen balance. Dos años de negociaciones complicadas y tres veces ha pasado por el Consejo de Ministros, dice Ángel Urbina, para fijar el precio del agua atendiendo una de sus principales reivindicaciones desde 1420, cuando Elche escribió a los síndicos de Villena con su solicitud.

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Aun así, un convenio que supone solo un primer escalón, no el definitivo, dice Urbina, presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, l'Alacantí y el Consorcio de Aguas de la Marina Baja, quien reconoce que el mayor escollo, además de negociar con Acuamed y la Confederación Hidrográfica del Júcar, ha estado en la fijación del precio en esos 24 céntimos por 278 hectómetros cúbicos. Ellos se comprometen, explica, a una senda de suministros, pero lo primero que hay que hacer ahora es que el Estado repare la balsa de Sandiego.

Ángel Urbina, presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, l'Alacantí y el Consorcio de Aguas de la Marina Baja, sobre el convenio del trasvase Júcar-Vinalopó

Hay que hacer, además, reglas de explotación para los acuíferos, entre los usuarios y la Junta Central "para que litro que venga, litro de acuífero de sobreexplotación que paremos", señala. Además de hacer las obras pendientes del postrasvase, que son bastantes.

Esta es "una oportunidad para que regantes y usuarios pongan lo mejor de sí para que esto funcione", concluye, y que el Júcar Vinalopó sea un ejemplo de algo que marcha bien.