Carolina Ortuño, triatleta de Elda: "He cumplido mi sueño de hacer un Ironman"

Elda

Está a punto de cumplir 30 años, aunque insiste en que todavía tiene 29, nació en Sevilla pero con muy poco tiempo de vida se trasladó a Elda por lo que se considera una eldense de los pies a la cabeza. Estudió medicina en la Universidad de Salamanca, tras la carrera y la posterior etapa MIR, se trasladó a Alicante para ejercer como residente en el Hospital Universitario de San Juan donde es anestesista.

Carolina Fernández Ortuño es una enamorada de su profesión "y del deporte", aunque esto último llegó casi por casualidad cuando estudiaba en tierras charras. Ahora, puede presumir de ser la primera española en haber cruzado la meta en el exigente Campeonato del Mundo de Ironman disputado en Kona (Hawái) donde tuvo que nadar 4 km, pedalear durante 180 km y hacer un maratón con sus correspondientes 42 km.

Asegura que "mi vocación es la medicina y mi pasión el deporte, concretamente el triatlón". No oculta que ha cumplido "un sueño" que como recuerda, "no ha sido fácil porque es una prueba que necesita mucha preparación además de mucho dinero" hasta el punto de haber tenido que pedir un préstamo para costear los gastos que conlleva el Mundial.

Aunque ahora ve con relativa facilidad cómo fueron sus comienzos en el mundo del deporte, no había corrido nunca y "la primera vez que me tiré a una piscina me hundí", asegura que "no lo fue tanto" y aprovecha para romper una lanza en favor de las mujeres deportista. "Es cierto que ahora las mujeres tenemos más cabida en el mundo del deporte, siempre hemos tenido el hueco mucho más reducido".

Se autodefine como "disciplinada y constante" lo que ha ayudado tanto en los estudios de su carrera de medicina como en los objetivos que se ha marcado en el aspecto deportivo. No en vano, lleva a sus espaldas nueve maratones nacionales e internacionales. Recuerda que "el primero lo corrí en Valencia con 20 años, fue una locura, no tenía experiencia, pero fue un reto personal. Lo terminé en cuatro horas y, aunque ahora veo ese tiempo como muy lento, la verdad es que me siento muy orgullosa". Luego vinieron los de Lisboa, Berlín, Chicago del que guarda un recuerdo especial "porque fue un viaje muy bonito en honor a mi amigo Julio César", Nueva York, Madrid, Sevilla dos veces.

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Carolina Ortuño es una "mujer del presente porque nos pasamos gran parte de la vida viviendo del pasado o pensando en el futuro y muchas veces nos olvidamos de disfrutar del presente". Remarca que no es una atleta profesional, con eso no me gano la vida, pero sí me gusta vivir cada entrenamiento y disfrutar cada carrera el día que toca, sin lamentar cuando ya ha pasado ni pensar en la siguiente".

Recuera que una lesión en una rodilla le impedía correr y entonces decidió tirarse, literalmente, a la piscina y más tarde, comprarse "una bicicleta de carretera normalita en la que me gasté todos mis ahorros" para empezar practicar el ciclismo y completar las tres disciplinas del triatlón. Todo eso, haciendo encaje de bolillos para combinar los horarios del trabajo, las guardias y los entrenamientos.

Carolina Ortuño reconoce que "a pesar de que no he tenido nunca condiciones genéticas para el atletismo, la natación o el ciclismo para ser una deportista profesional, tengo una cosa muy buena que es la disciplina, la constancia y la pasión porque me encanta lo que hago". Agradece el apoyo que recibe, pero no oculta que pone en práctica el "yo me lo guiso y yo me lo como. Soy una persona bastante independiente e introvertida, me gusta pasar tiempo conmigo misma, entrenando con mis amigos de entrenamiento y mis perros además de pasar tiempo en casa, leyendo" añadiendo que "todo el camino que he recorrido ha sido sola tanto en los estudios como en el deporte". Eso sí, no oculta que "siempre que venga alguien conmigo lo agradezco, pero no lo echo en falta".

Carolina Ortuño ha sido sincera al reconocer que "cuando crucé la meta del Ironman me lo dediqué a mí misma por todo el esfuerzo que me ha costado".