Sólo el frío pudo frenar a Crivillés en su reto solidario entre Tabarca y Benidorm
El nadador alicantino y su equipo de apoyo decidieron suspender el cruce por la brusca bajada de temperaturas
Benidorm
De todos los impedimentos que se habían cruzado en el camino de Jorge Crivillés en su reto por unir a nado las islas de Tabarca y Benidorm el frío era, al menos durante los últimos días, el menor de todos ellos.
Con Ciarán, tercera borrasca con nombre propio de la actual temporada, causando todo tipo de daños en tierra y, para lo que al experto nadador de larga distancia importaba, un fuerte temporal marítimo en el trocito del mar Mediterráneo que baña la Costa Blanca, las olas, las corrientes y el propio viento eran los factores que, al menos en apariencia, más en peligro ponían el reto.
Sin embargo, el que hizo desistir a Crivillés fue el frío. La primera alerta saltó cuando el nadador sobrepasaba el Cap de l’Aljub o Cabo de Santa Pola y entraba en una zona, la que discurre frente al aeropuerto Miguel Hernández de Alicante-Elche, completamente expuesta al viento que soplaba de tierra hacia el mar.
En ese momento, Crivillés apenas había nadado un par de horas tras lanzarse al mar en Tabarca al filo de la medianoche (descanse en paz José María Carrascal) y su equipo, a través de las redes sociales, advertía: «el frío de la noche comienza a tomar posiciones. La temperatura ha descendido de 15 a 9 grados».
Poco más tarde, a eso de las dos de la madrugada, el ‘tracking’ que permitía seguir en directo la evolución del nadador se detuvo. El punto negro en medio del Mediterráneo dejó de moverse mientras que sus embarcaciones de apoyo aparecían rumbo al puerto de Alicante.
Sin más información que ese punto inmóvil en la pantalla, la esperanza de los seguidores de ese reto consistente en nadar los más de 50 kilómetros que separan Tabarca de la isla de Benidorm, se mantenía en que todo pudiera ser un fallo del sistema unido a que las embarcaciones de apoyo hubieran vuelto a tierra momentáneamente para repostar.
Sin embargo, pasaban las horas y el Jorge Crivillés convertido en puntito negro sobre un mapa no se movía y finalmente, de nuevo a través de las redes sociales, llegó la noticia de la suspensión del reto.
«Siento comunicar que el reto se ha suspendido ante la brusca bajada de la temperatura del agua que se ha producido en las últimas horas y para evitar poner en riesgo la salud de Jorge», explicaba desde las redes sociales alguno de los miembros de su equipo de apoyo.
Llegados a ese punto, lo más importante y tranquilizador era lo que rezaba en la segunda parte del mensaje, confirmando que «nuestro nadador se encuentra bien». Ya resguardado en Alicante, Crivillés se retiró a descansar con la promesa de dar nueva información en las próximas horas.