Alfred Picó y Carles Alberola presentan 'L'últim ball', una comedia sobre la felicidad, el teatro y las segundas oportunidades
Carles Alberola firma y dirige este espectáculo que protagoniza junto con Alfred Picó, una propuesta meta teatral en la que los dos populares intérpretes se meten en la piel de una antigua pareja cómica que se reencuentra 10 años después de su ruptura para hacer la que quizá sea su última actuación
València
“Només val la pena allò que val la pena” dice una de las canciones de L’últim ball, el nuevo espectáculo de L'Horta Teatre en el que Carles Alberola y Alfred Picó suben al escenario para reivindicar la felicidad que aporta dedicarse a lo que te gusta – en el caso de los personajes que interpretan, actuar - venga o no acompañado de éxito.
El Teatro Talia acoge del 8 al 26 de noviembre el estreno en València de esta nueva propuesta con la que la veterana compañía L'Horta Teatre celebra su cincuenta aniversario. Una onomástica que está dándole muchos motivos de alegría como, por ejemplo, haber recibido el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud 2023. O haber visto reconocido como Mejor Espectáculo Familiar su obra Croma en los Premis de les Arts Escèniques de l’IVC 2023.
“Le propuse a Carles hacer un montaje antes de la pandemia. Pero varios motivos fueron retrasándolo”, explica Picó, quien está convencido que la nueva obra continúa la línea para adultos que han marcado en los últimos años con títulos como L’electe, firmada por Ramón Madaula; o Família normal, escrita por Pau Pons. “Creó esta historia y me propuso que la interpretásemos juntos, cosa que es un auténtico lujo porque estás compartiendo escenario con el autor y director de la obra, nada puede ir mal”, comenta Picó, productor y coprotagonista de esta comedia.
Edadismo, felicidad y segundas oportunidades
Cuenta la historia de dos viejas glorias del teatro valenciano que, después de 10 años sin actuar juntos, reciben la propuesta de participar en un homenaje póstumo a un compañero de profesión. Van surgiendo afinidades y diferencias entre ambos conforme deciden si salir o no al escenario. Han tenido una evolución muy distinta después de separarse y uno ya está retirado tras haber remontado un poco su trayectoria, mientras que el otro rehúsa bajar del escenario, a pesar de que malvive, sin llegar a ser un actor de éxito. “Son personas que estiman tanto lo que hacen que solo son felices sobre las tablas. Y lo transmiten, dando felicidad a los espectadores. Al final, esta historia habla de la interpretación y de las artes escénicas, pero puede identificarse con ella cualquier persona con cualquier profesión, siempre que le dé sentido a su vida”.
Otro tema es el edadismo, el hecho que se expulse del ámbito laboral y de decisión a las personas de mayor edad, invisibilizando una parte de la sociedad con una rica experiencia, que todavía tiene mucho que aportar. Por último, el espectáculo también habla de las relaciones rotas por una palabra mal dicha, por una decisión equivocada. “¿Quién no ha tenido una disputa familiar, diferencias con sus amigos o un problema en el trabajo? Pensamos que muchos pueden verse reflejados en esta pareja de actores que ya no se entiende. Pero que, conforme avanza la función, va recordando todo los que les unía”, explica el autor y director del L’últim ball, dando importancia al mensaje de que siempre existe la posibilidad de olvidar los errores, de corregir las malas decisiones, de mirar juntos en el futuro, basándose en aquello que compartimos más que en el que nos separa.
“Vivimos en una sociedad cada vez más confrontada, más polarizada. Parece que estar a favor de una idea supone estar necesariamente en contra de otra. Y me interesaba mucho mostrar en esta historia que hay maneras de acercarse, de volverlo a intentar”, comenta Alberola.
Una pareja escénica desde hace más de 30 años
Uno de los atractivos del nuevo espectáculo que estará del 8 al 26 de noviembre en el Teatro Talia es el juego meta teatral que propone. A pesar de ser dos de los nombres más conocidos de la escena valenciana, Alberola y Picó dan vida a dos actores que no han tenido demasiadas oportunidades en grandes teatros. “El mundo de las artes escénicas es curioso porque puedes llenar una sala en un pueblo, por ejemplo, y sentir que las cosas van muy bien. Pero Al día siguiente ir al de al lado y que solo haya 15 personas”, explica Picó. Desde el humor, el espectáculo recrea las luces, pero también aquellas facetas menos relucientes de todo lo que rodea ser un apasionado de la interpretación y estar dispuesto a actuar tanto en una casa de la cultura como un matadero.
“Hay gente que puede confundir los personajes con nosotros y está claro que tenemos cosas en común. Por ejemplo, yo soy inmensamente feliz encima de un escenario. Se me olvida todo el que pueda haber en mi vida real mientras dura la función y disfruto muchísimo de ser otro, con experiencias intensas. Es un tipo de felicidad que no me da nada más”, confiesa Alberola, quien comparte actuación con Picó por décima vez.
“Desde 1991, con O tu o res, hemos vivido muchísimas cosas juntos. Nos conocimos en la escuela de artes escénicas, hemos trabajado juntos en el teatro y el audiovisual, con proyectos de L'Horta Teatre pero también de Albena. Después de 30 años de relación, nos conocemos tanto que solo con mirarnos ya sabemos qué va a hacer el otro. La confianza es total”, argumenta el director y autor de L’últim ball, quien se ha rodeado de un equipo 100% valenciano de una “calidad extraordinaria”.
Noèlia Pérez y Josep Zapater son los responsables de la composición y dirección musical. Ximo Rojo firma el diseño de iluminación. Monste Amenós, la escenografía y un vestuario que toma como referencias las estrellas cómicas del cine mudo, como Laurel y Hardy o Buster Keaton. “Además, he tenido la suerte de contar con Toni Agustí como ayudante de dirección para detectar todo aquello que se te escapa cuando estás actuando tú mismo en el escenario”, completa Alberola.
El montaje llega a València con el engranaje muy rodado. “Hemos hecho funciones en localidades como Sagunto, Alzira o Puçol, y cada vez va redondeándose un poquito más. Todos los espectáculos crecen, van variando y mejorando conforme más contacto tienen con el público. Y, por ahora, la respuesta está siendo muy buena”, explica Picó, citando las risas que provoca esta divertida propuesta, pero también los momentos más emotivos de dos entrañables personajes que están dispuestos a vivir la vida como el teatro, hasta que caiga el telón.