Soy un inmoral
Apostar por superar desencuentros y agravios -como el intento secesionista en Cataluña- es poner el marcador a cero, no olvidar, para iniciar una nueva etapa de convivencia todos juntos
La Columna de Carlos Arcaya: «Soy un inmoral»
Alicante
Soy un inmoral. Y lo soy en los términos que empleó el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en su declaración institucional tras el acuerdo con los nacionalistas catalanes. O como dijo el obispo Munilla, que también calificó la amnistía de inmoral.
Entiendo el malestar de quien no comparte esta decisión, pero hay que recordar que, tras el acuerdo, la ley se tramitará en las Cortes y se podrán presentar recursos judiciales. Nada se ha roto.
Por mi parte, soy un inmoral porque creo que hacer concesiones no es humillarse ni venderse ni perder la dignidad. Y también porque el acuerdo mejora la convivencia y realza la importancia del diálogo y del pacto y, en definitiva, de hacer política con mayúsculas para renunciar a lo unilateral y volver a la Constitución.
Evidentemente, los ciudadanos de la Comunitat Valenciana no somos de segunda. De hecho, el acuerdo para la quita del 20 % de la deuda autonómica a una de las comunidades que más va a beneficiar es a la nuestra.
Apostar por superar desencuentros y agravios -como el intento secesionista- es poner el marcador a cero, no olvidar, para iniciar una nueva etapa de convivencia todos juntos.
No sé si todo esto es inmoral. Lo que sé es que es una decisión arriesgada, pero, si sale bien, será buena para todos.