La crispación política también llega a la movilidad del centro

València

Los cambios en la calle Colón están obligando al gobierno local a hacer modificaciones en la movilidad del centro que quizás no estén bien medidos. El ejemplo lo tenemos con el tramo final de la calle la Paz. Ya han escuchado los reparos de los técnicos: el paso continuo de autobuses de la EMT por ese punto supone un conflicto con esa concepción casi semipeatonal de ese lugar.

A partir de ahí, ¿qué hacer? Pues, la verdad, no es fácil. O se rompe con esa concepción y se cambia la configuración de ese tramo de calle, que es por lo que apuesta el gobierno local, o se hacen pasar esas líneas por otras calles, si es que al final se decide que sean tantas. Por qué a lo mejor no es necesario que tantas líneas lleguen al mismo corazón de la ciudad. Dicho esto, apelo a todos los partidos a abandonar sus posiciones inmovilistas, a no mirar al pasado, hacer cesiones y a llegar acuerdos. Porque si una cosa tengo clara es que en asunto de la movilidad en el centro le sobra crispación política.