Alicante

El obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, se ha referido este viernes a la situación política actual a la que ha calificado de 'crisis'. Aunque con menor vehemencia que en ocasiones anteriores ha mantenido que "afecta" a la realidad de la Iglesia, ante lo que "uno piensa 'virgencita, que me quede como estoy'".

Munilla ha mantenido que la "deriva sociopolítica de los últimos tiempos y semanas" ha repasado una batería de leyes que "nos ha dejado boquiabiertos", ha insistido, como la Ley Trans, la negación de la patria potestad de los padres en muchas leyes, Ley de Memoria Histórica o la de Amnistía y despenalización de delitos con el fin de pactar con los delincuentes y así poder continuar en el poder".

Y ha asegurado que el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, para poder seguir adelante sometido a la presión de las minorías parlamentarias. Tiene unos compañeros de caminos con "con muy pocos votos" pero que si alguno pide "la cabeza de Juan Bautista en una bandeja se la tiene que dar" y cualquiera pude pedir "algo disparatado", ante lo que ha señalado "virgencita, que me quede como estoy".

El obispo, preguntado después sobre la investidura de Sánchez o la Ley de Amnistía, ha evitado pronunciarse directamente, aunque sí en su intervención ha calificado de "momento especialmente grave para la vida de España la deriva sociopolítica tan errática de los últimos años y últimas semanas", y ha añadido que el proceso de investidura ha sido "un poema" y ha criticado una "amnistía y despenalización de delitos con el fin de pactar con los delincuentes y poder continuar en el poder".

Empresa y familia

Munilla ha ofrecido la conferencia 'Conversaciones para la alianza de empresa y familia' que ha organizado la Cámara Business Club. Presentado por el presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, Carlos Baño, y vicepresidente y copropietario de Carmencita, Jesús Navarro, y con la presencia del secretario autonómico para la Familia, el popular Nacho Grande, Munilla (San Sebastián, 1961) ha considerado que la crisis que sufre el país no es solamente política, sino que "es la punta del iceberg del ataque a la familia".

En este sentido, el obispo vasco ha apostado por también implementar políticas e iniciativas públicas a favor del fortalecimiento de las relaciones familiares y de la natalidad para evitar "familias disfuncionales".

Y ha aprovechado la presencia de decenas de empresarios para proponer convenios entre las mercantiles y los centros de orientación familiar (COF) para mejorar la estabilidad familiar de las plantillas de trabajadores.