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Sociedad | Actualidad

Casi la mitad de las familias atendidas por Save the Children en la Comunitat Valenciana sobrevive con menos de 1000 euros al mes

El estudio presentado hoy por la organización Save the Children demuestra que el empleo y la educación ya no son suficientes para salir de la pobreza

Shandy vive con sus hijas y su sobrina en València y son atendidas por Save the Children / Pablo Martín

València

Casi la mitad de las familias a las que atiende la organización Save The Children sobrevive con menos de 1000 euros al mes, y, a pesar de que el 42% tiene empleo, estos hogares no consiguen salir de la pobreza.

Save the Children quiere poner el foco en la complicada situación que afrontan los niños y las niñas en situación de pobreza a las que la entidad atiende, ante la proximidad de las celebraciones navideñas, según ha informado en un comunicado.

La organización ha consultado a 288 familias, dentro de su informe "Ser pobre en España. El retrato de 1.000 familias", en el que constata que casi la mitad sobrevive con menos de 1.000 euros al mes.

En total, el estudio recoge datos de 2.440 niños y niñas de las seis comunidades autónomas donde la organización tiene programas destinados a la reducción de la pobreza: Andalucía, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad de Madrid y País Vasco, además de la Comunitat Valenciana.

Algo más de la mitad de los padres (el 55 %) tiene estudios secundarios, aunque uno de cada tres no cuenta con estudios primarios como máximo, y un 13 % tiene estudios universitarios.

Según el director general de Save the Children, Rodrigo Hernández, la baja formación académica de los padres suele ser un factor que acompaña a los niños y niñas que viven en familias en situación de pobreza. Y por eso la educación debería ser "esa palanca de cambio para activar el ascensor social, pero desde hace años comprobamos que no funciona como debería".

En su opinión, "sin políticas públicas que apuesten decididamente por acabar con las barreras que impiden romper el círculo de la pobreza, seguiremos condenando a niños y niñas a esta situación".

Foto de familia

Según el estudio, el retrato de una familia tipo es dos menores de edad mayoritariamente al cuidado de padre y madre, pero tres de cada diez son familias monomarentales y el 13 % vive en familia extensa.

La mitad de estos niños y niñas no pueden comer la suficiente cantidad de proteína, fruta o verdura cada día, y el 65 % vive en familias que declaran que todos sus miembros han disminuido el consumo de determinados productos debido a su encarecimiento.

Son niños y niñas que no pueden acceder a actividades extraescolares, lo que les pone en una situación de desventaja frente a quienes sí pueden y, además, les obliga a elegir alternativas de ocio mucho menos saludables. Solo el 38 % asiste a este tipo de actividades.

Asimismo, son niños y niñas que viven en casas con una temperatura inadecuada (frío en invierno, calor en verano) y malas condiciones de salubridad (goteras, humedades).

Además, el 35 % de los niños y niñas que la organización atiende en sus programas ha necesitado acudir a servicios de atención en salud mental en el último año, con el gasto extra que eso supone.

El precio de la inflación

El gasto medio en alimentación de las familias participantes de los programas de Save the Children en la Comunitat Valenciana asciende a 421 euros mensuales, que supone el 42 % de sus ingresos.

Ese "esfuerzo alimentario" impide a las familias hacer frente a todos los costes que implica una crianza digna y que, según cálculos de la organización, en 2022 fue de 710 euros al mes por cada hijo.

Para Hernández, como sociedad "no se puede tolerar" que los derechos de los niños y niñas estén sujetos al nivel de estudios, empleo o ingresos de los padres y madres. "Todos los niños y niñas tienen derecho a una educación, salud, alimentación y bienestar adecuados, independientemente de la familia en la que nazcan", afirma.