La sequía se debe afrontar con altura de miras, sin demagogia ni discusiones estériles

Alicante

El nuevo ciclo de sequía es la principal incógnita con la que comienza 2024. O cambia mucho la situación meteorológica o nos veremos abocados a una situación complicada. Y no me refiero tanto al suministro de nuestros hogares, garantizado por esas desaladoras que hay quien sigue demonizando.

Este es un asunto -sobre todo, en lo que respecta a nuestra agricultura- que se debe afrontar con altura de miras, alejados de la habitual demagogia y de las discusiones estériles, como decía hace unos días el secretario general de La Unió Llauradora, Carles Peris. Obviamente, se requiere estabilidad en cuanto a los caudales que puedan llegar desde el Tajo, pero sin olvidar que tienden a mermar y que estos ciclos harán que algunos años no se pueda trasvasar ni gota por falta de recursos.

Por ello, son urgentes las obras comprometidas por el Gobierno central para aumentar los recursos propios mediante la reutilización y la desalación. Y que la Generalitat también arrime el hombro, por ejemplo, adjudicando todas las obras pendientes del postrasvase del Júcar al Vinalopó.

Además, como dicen desde La Unió, a la vista de que desde hace años las cosechas vienen mermando, plantearnos si es necesario cambiar algunos cultivos para adecuarlos a las nuevas condiciones climáticas.