Investigadores del Instituto de Neurociencias de la UMH detectan el daño axonal de forma no invasiva en pacientes con esclerosis múltiple
Millones de personas en el mundo sufren esclerosis múltiple, una enfermedad crónica y autoinmune que afecta el sistema nervioso central cuyos

Imagen de resonancia magnética en que se han reconstruido dos tractos de la materia blanca cerebral, uno con daño axonal (dcha.) y otro sano (izda.). Los tractos están coloreados según el diámetro axonal medido con resonancia de forma no invasiva. Se ha comprobado el tamaño axonal a través de técnicas de microscopia electrónica (en azul). IN-CSICUMH.

La investigadora Silvia De Santis, que lidera el laboratorio en el Instituto de Neurociencias junto con la Universidad Miguel Hernández de Elche y el Consejo Superior de Investigaciones científicas, ha dirigido un estudio internacional en el que han conseguido detectar el daño axonal en pacientes con esclerosis múltiple de forma no invasiva. El objetivo es determinar si el aumento del tamaño de las prolongaciones de las neuronas, o axones, pueden ser un indicador temprano de la esclerosis múltiple. Para llevar a cabo este trabajo, los investigadores han utilizado la técnica de imagen por resonancia magnética ponderada en la difusión de agua.
Los axones son las extensiones de las células nerviosas que transmiten señales eléctricas entre las neuronas, lo que permite que se comuniquen correctamente. Este aspecto es sumamente importante, porque cuando falla la comunicación entre neuronas, el sistema nervioso no puede desarrollar sus funciones con normalidad.
Investigaciones previas en modelos animales y en tejidos humanos apuntaban a que el aumento del tamaño de los axones podía ser un indicador del daño axonal. Los investigadores han desarrollado un marco experimental para poder poner a prueba la capacidad de la imagen por resonancia magnética ponderada en la difusión de agua para detectar el aumento del tamaño axonal que se asocia a la degeneración. Esta técnica tiene la capacidad única de obtener imágenes de forma no invasiva y con alta resolución, al capturar el movimiento aleatorio de las moléculas de agua en el cerebro en las diferentes células y estructuras.
Los expertos descubrieron que existe un daño axonal difuso en la mayoría de la materia blanca del cerebro, que se compone principalmente de axones y mielina. Por lo tanto, el resultado que encontraron fue que el aumento del tamaño de los axones estaba directamente relacionado con etapas tempranas de la enfermedad de esclerosis múltiple, lo que confirma que el aumento de tamaño podría ser un biomarcador temprano de la enfermedad.




