Los 20 años de expiación de Silvia García Orgilés hasta volver a disfrutar de las carreras
Volvió a calzarse unas zapatillas hace dos años y ya ha participado en los campeonatos de España de trail y kilómetro vertical.
Silvia García Orgilés, en Alicante Corre
15:08
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Alicante
Silvia García Orgilés asegura que lo que le gusta de las carreras de montaña son las subidas. Para disfrutar de las bajadas, reconoce que le falta técnica. Ya le gustaría tener esa habilidad que poseen otros corredores y con la que se queda asombrada. Pero, sabe que cada uno somos como somos y las cosas llegan cuando tienen que llegar. Ahora, con 37 años, puede decir con una disimulada satisfacción que disfruta de los trails y de los kilómetros verticales. Dos especialidades que no se le dan mal pese a que tan solo lleva dos años practicándolas.
Y es que la relación de Silvia con el atletismo es la historia de una ruptura emocional que ha necesitado mucho tiempo de recuperación. Ese proceso de expiación, de purificación, hasta borrar el pasado le ha llevado dos décadas.
Ella comenzó a practicar el atletismo cuando solo tenía 6 o 7 años en su Elda natal. Era un divertimento como para cualquier otra niña de su edad. Lo que ocurrió es que comenzó a despuntar. Cada vez se le daba mejor y en un momento dado surgió la propuesta: le proponían irse al Centro de Tecnificación de Cheste con una beca. Tenía 14 años y no fue una buena decisión. A los pocos meses estaba de vuelta en su casa y había colgado las zapatillas.
Se rompió una carrera como atleta y hasta 20 años después, con una vida hecha como profesora de Educación Física, con una familia formada, con tres hijos, no le volvieron a tentar las carreras de montaña. Dice que le buscaron: alguien que se acordaba de ella, de cuando era joven, le propuso hacerse del equipo Egari Trail. Eso fue hace tan solo dos años: ahora disfruta de las carreras, de los entrenamientos, del equipo y de las amistades que ha hecho. Su marido y sus pequeños le acompañan a las carreras. Se nota que es feliz.
El año pasado se clasificó para participar en los campeonatos de España de trail y de kilómetro vertical. El primero se disputó en la localidad cordobesa de Rute y el segundo, en Villanúa, en pleno Pirineo oscense.
Dice que necesita correr, que con ello la mente descansa y que es un complemento perfecto para ella. Además de dar clases y de cuidar de su familia, cursa un master de educación emocional.
Y todo lo que ha aprendido, los valores que transmite el deporte, la fortaleza mental que proporciona, la importancia del esfuerzo y de la superación personal, la capacidad de resistir o el trabajo en equipo, asegura, se los trata de inculcar a sus alumnos.