Cuando la pornografía sustituye a la educación sexual: el 97% de los adolescentes la consume, según un informe de la UJI

Castellón

La pornografía es la primera referencia sexual de los menores. Otra certeza, según los expertos, es el consumo abusivo, a gran escala y cada vez a edades más tempranas que se hace del porno entre la población adulta y los más vulnerables: los menores.

Un estudio elaborado en la Universitat Jaume I publicado en 2022 de la mano del grupo de investigación Salusex, al que esta emisora ha tenido acceso, constata que el 97,3% de los adolescentes varones de entre 12 y 17 años consumen pornografía. El porcentaje de adolescentes mujeres baja hasta el 78%, entre otros motivos, porque muchas rechazan los contenidos al percibirlos como machistas.

Es una muestra evaluada de 8.000 personas entrevistadas en todo el territorio nacional y que concluye que el uso de pornografía es muy prevalente en todos los grupos de edad. Indiferentemente del momento vital de los encuestados, el porno es consumido por un 85% de los ciudadanos.

La pornografía no es educación sexual

Rafael Ballester, catedrático de la Universitat Jaume I, especialista en psicología clínica y uno de los autores de esta investigación explica que la educación sexual sigue siendo un capítulo pendiente en España, a diferencia de lo que sucede en otros países europeos.

Ballester explica que, aunque un adulto que consume pornografía puede llegar a desarrollar una adicción al cibersexo, este ya cuenta con una noción "más o menos saludable" de lo que es una relación sexual "normal". No obstante, un menor, al consumir el material, cree que esa es la verdad: "los menores consumen pornografía antes de saber nada de sexo".

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En estos momentos cualquier menor puede acceder, sin ningún problema, a estas páginas, que solamente informan de que están restringidas a los menores de 18 años, pero, si se pulsa la opción "aceptar", los usuarios acceden a todos los portales tengan la edad que tengan.

El consentimiento se hace a un lado

Según el informe de Salusex, un 22% de los chicos de entre 12 y 17 años han visto material de dominación y sumisión y un 10% de violencia sexual. En este tipo de contenidos el respeto, el afecto y el consentimiento se hacen a un lado y estos conceptos, casi siempre, se separan de las relaciones sexuales.

¿Qué consecuencias provoca el acceso temprano a la pornografía?

Según el también experto en sexualidad, entre las consecuencias del acceso temprano y constante de los menores al porno versan desde realizar prácticas poco saludables, que no les van a producir placer, desarrollar complejos muy tempranos, manifestar comportamientos agresivos y cosificadores hacia la mujer o quitarle importancia a un consentimiento que no queda representado en la pornografía.

Ballester incide en que no se debe demonizar la pornografía, porque, aunque prácticamente la totalidad de la población la consume, afortunadamente, no todos son agresores sexuales. "No podemos cerrarle la puerta a una persona sin abrirle otra, es decir, si no educamos en sexualidad a los menores ellos van a necesitar modelos", explica el experto.

El Gobierno anuncia medidas

El Gobierno central ha anunciado que está trabajando en un proyecto piloto para impedir el acceso al porno de los menores, en colaboración con la Agencia Española de Protección de Datos, que "ya ha sido probado" y que el Gobierno espera que esté en marcha "antes de verano de 2024".

El investigador castellonense valora positivamente la medida, eso sí, dentro de un paquete en el que se incluyan medidas preventivas. "Es muy posible que tenga rendijas entre las que se escape el agua", subraya, por ejemplo, el hecho de que existan paraísos legales para estas aplicaciones donde las medidas, según el experto, no van llegar. Entras desventajas también destaca el factor de que muchas veces el material pornográfico es material compartido entre los menores, tal y como sucede con la venta de alcohol.

Una sexualización de la sociedad en general que está matando, en palabras del experto, a la propia infancia. "Tomar medidas para restringir la pornografía, sí, pero no debe quedarse ahí, porque ella seguirá llegando. La diferencia está en tener un marco de referencia donde poder ponernos cuando eso pase", concluye Ballester.