María Isabel Puche, campeona de España de judo: "A veces sobrevaloramos los triunfos"
La deportista afincada en Alicante, con 27 medallas en campeonatos nacionales nos habla del judo como escuela de vida
María Isabel Puche, forajida del judo
Alicante
María Isabel Puche nació en Yecla y como muchos niños, aunque en su caso no había muchas chicas en su primer club, empezó a practicar el judo porque le entró por los ojos. Fue un amor a primera vista. Y desde entonces no ha parado. Su evolución le llevó al Judo Club Alicante, cantera de grandes deportistas como Isabel Fernández, campeona olímpica en Sídney 2000.
En 2003 se proclamó campeona de España en categoría cadete. La primera medalla es la que más le sigue emocionando y la que más recuerda. Por ser la primera y por inesperada. Y a partir de ese hito no ha parado de subir a los cajones en las diferentes competiciones en las que ha participado. Se ha colgado al cuello 27 medallas en campeonatos nacionales, ha representado a España en seis mundiales y ha sido campeona de Europa de clubes.
Ahora, asegura que esta en un 'stand by' competitivo, pero que pese a ello no deja de entrenar, aunque ha bajado el ritmo. Antes eran dos sesiones diarias, ahora solo una.
Comparte su pasión por el judo con su trabajo como profesora del IES Clot del Illot en El Campello y a sus alumnos les sigue transmitiendo sus conocimientos.
En esta ocasión, María Isabel nos ha querido contar que el judo es una buena escuela de vida y tiene beneficios para todas las edades: para los niños porque mejora su coordinación, les enseña respeto y valores y también para los más mayores. Para estos últimos, porque les ayuda a prevenir la osteoporosis.
Además, se muestra muy agradecida por las experiencias personales que acumuló como judoca de la selección española con la que pudo visitar países de todos los continentes. Recorrer mundo, afirma, le ha llevado a abrir la mente, a quitarse prejuicios o ideas preconcebidas y a descubrir que "todo lo que nos cuenta la tele no es real". Hay gente maravillosa en todas partes. Por todo ello recomienda que veamos el mundo con nuestros propios ojos.
Y por otra parte, también nos ha querido dejar otro mensaje. Claro que las victorias deportivas son importantes, pero "a veces sobrevaloramos los triunfos y los logros". En la vida también hay que colgarse otro tipo de medallas.