El Servicio de Arqueología Municipal de València guarda 30.000 piezas en sus almacenes desde 1948
El SIAM celebra su 75º aniversario con jornadas de puertas abiertas, una exposición y un calendario de actividades para reivindicar la arqueología

Excavaciones en una necrópolis romana en el barrio valenciano de Boatella / Europa Press

València
Con 30.000 piezas en sus almacenes y una historia que comenzó en 1948, el Servicio de Arqueología Municipal de Valencia, el SIAM, sigue con las celebraciones de su 75º aniversario. Y lo hace con jornadas de puertas abiertas, con una exposición y con un calendario de actividades para reivindicar que la arqueología ayuda a entender las ciudades.
Por este motivo, en los próximos meses se podrá ver una exposición organizada por el Ayuntamiento de València, como destaca la jefa de servicio del SIAM, Pepa Pascual, que asegura que se podrán ver algunas de las piezas más emblemáticas y muchos hallazgos interesantes.
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Pepa Pascual, jefa del SIAM, explica en qué consistirá la exposición por los 75 años de este servicio municipal
Las jornadas de puertas abiertas del SIAM serán en el Polígono Vara de Quart
Aunque, para Pascual, la arqueología no es solo una cuestión de encontrar en el subsuelo pedazos de historia. Por eso, asegura que no tiene una pieza favorita de entre todas las que podrán verse en las jornadas de puertas abiertas que, esta primavera, se organizarán en las instalaciones situadas en el Polígono Vara de Quart.
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Pepa Pascual, jefa del SIAM, asegura que la arqueología no es solo una cuestión de encontrar en el subsuelo una pieza de historia
La arqueología, explica Pepa Pascual, ha evolucionado mucho en estos 75 años de vida del SIAM: ahora es una ciencia, con su método y sus oficios asociados. Y, en el medio de todos los cambios, destaca el interés de las nuevas generaciones de arqueólogos por este tipo de trabajos.
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Pepa Pascual, jefa del SIAM, recuerda la "gran evolución" que ha experimentado el servicio municipal en sus 75 años de historia
Una sucesión de obras municipales fue el germen del SIAM
Para encontrar el origen de este servicio es necesario remontarse a tres años antes de su creación. En 1945, el Ayuntamiento de València procedió a ejecutar un ambicioso proyecto de apertura de la avenida del Oeste, siguiendo los planes urbanísticos de ese momento en el que se planificaba la construcción de grandes avenidas que mejorasen la comunicación de la ciudad.
En el transcurso de estas obras, cerca del Mercado Central, comenzaron a aparecer numerosas sepulturas romanas, correspondientes a los primeros hallazgos de la Necrópolis de la Boatella, que fue la primera manifestación moderna del rico pasado arqueológico que atesoraba el subsuelo de Valncia.
El recién creado servicio inició su marcha con la realización de excavaciones y la vigilancia de las obras que se realizaban en la ciudad, lo que permitió el hallazgo de importantes restos arqueológicos, como el célebre Mosaico de la Medusa, en la calle del Rellotge Vell, que fue rescatado en 1950.
Boatella, Russafa y Orriols
La mayoría de los hallazgos estaban relacionados con necrópolis romanas, entre las que destacan las de la Boatella, el Antiguo portal de Russafa o el Mausoleo del Camí dels Frares, en Orriols. Además, destaca la intervención llevada a cabo en la plaza de la Mare de Déu en 1959 y 1960, donde se documentaron los restos de un edificio monumental correspondiente al antiguo foro romano.
En 1981, arrancó una nueva etapa, gracias a la entrada en el servicio de nuevos técnicos como el arqueólogo Albert Ribera, como director junto a José Vicente Lerma, que introdujeron una renovación metodológica en el SIAM, la sistematización de las intervenciones, la mejora de la documentación, el archivo y la publicación sistemática del trabajo llevado a cabo en el servicio.
A partir de los años 90 del pasado siglo se fueron incorporando a este servicio nuevos técnicos arqueólogos, Javier Martí, Rafaela Soriano i Pepa Pascual y, más recientemente, Vicent Escrivá i Carmen Marín, lo cual ha permitido diversificar la especialización en nuevos campos de estudio.
Este servicio fue, además, un espacio de formación para los jóvenes arqueólogos que tenían la posibilidad de realizar prácticas en excavaciones urbanas, debatir sobre las nuevas metodologías y entrar en contacto con los materiales arqueológicos de todos los periodos de nuestra historia, que alcanza desde la fundación de Valentía en 138 a.C. hasta la actualidad.




