Albena Produccions cumple 30 años sobre el escenario de Sala Russafa con la comedia 'El Moble'

València

Mediados de los noventa fue una añada estupenda para las artes escénicas valencianas. Nacieron formaciones como Arden, Micalet, Hongaresa o Albena, que en 2024 celebra su treinta aniversario sobre los escenarios, ocasión para la que ha escogido Sala Russafa como el mejor lugar para festejar tres décadas de trayectoria.

Hasta el próximo 10 de marzo y dentro del XII 'Cicle de Companyies Valencianes', la formación presenta El moble (o totes eixes coses que mai ens direm).

Este verano estrenarán un nuevo espectáculo, Regala'm esta nit, escrito y dirigido por Carles Alberola, cofundador de la productora. Es su autorregalo por estos 30 años, como también lo es seguir sobre las tablas con tres piezas que actualmente tienen en gira, consciente de lo complicado que es mantenerse en circulación, incluso para aquellos que han tenido la oportunidad de labrarse una carrera.

Con una treintena de piezas teatrales, más de 3.000 representaciones en su haber y superando los cien premios obtenidos en sus dos líneas de creación, Albena ha simultaneado la faceta teatral con la creación de series de ficción y películas. Trabajos por los que ha recibido el reconocimiento de la crítica, además del cariño del público. Y con los que ha ido labrando un sello propio.

Así, el humor se convierte en la herramienta para hablar de la pareja o de la familia y para mostrar sentimientos introspectivos, como el amor, la amistad o la pasión. Un estilo propio que también se trasluce en El moble.

Ampliar

Cómo montar un mueble de Ikea sin desmontar una pareja

El espectáculo, que podrá verse esta semana en Sala Russafa, es una comedia de situación. Muestra el problema al que se enfrentan Tere y Carles, que, tras más de dos décadas de convivencia, se hallan ante un reto quizá insuperable: el de montar un mueble de Ikea.

Ella, metódica y perfeccionista, apuesta por el mobiliario más recio, caro y con estilo. Mientras que él, en plena crisis de los cuarenta, incapaz de encontrar un nuevo rol tras dejar atrás sus éxitos deportivos de juventud, cree que lo mejor será uno barato, de contrachapado, que puedan armar ellos mismos. Dos maneras de ver el mundo que no encajan ni con "llave Allen".

El salón de su apartamento será el escenario de esta compleja operación de bricolaje sentimental, con una puesta en escena sencilla que recrea el ambiente casero, y donde el mueble es solo la excusa para iniciar una cascada de situaciones divertidas y reconocibles. Escenas en las que los espectadores descubrirán egos desmedidos, masculinidades frágiles y la habilidad que requiere construir una relación, porque el amor no viene con manual de instrucciones.