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OPINIÓN - LEVANTE UD

Miñambres piensa en Claudio Giráldez para el banquillo del Levante UD 2024-2025 ¿Danvila, lo vas a permitir?

El director deportivo tantea al técnico del Celta Fortuna para saber si asumiría el reto de dirigir a la plantilla granota la próxima temporada

Valencia

El Levante no es una ONG, ni un banco de pruebas para que Felipe Miñambres siga jugando a ser entrenador desde el palco o desde el túnel de vestuarios.

Si Miñambres quiere entrenar y hacer alineaciones, que demuestre sus capacidades en los catorce partidos que tiene por delante para meter al conjunto granota en los puestos de play off de ascenso a Primera división y se quede con el cargo. Tras la paupérrima imagen en Oviedo hoy he empezado a mirar a cuántos puntos está el descenso.

Sus charlas, sus recomendaciones y sus arengas como director deportivo, fueron comprensibles en febrero de 2022 al encontrarse con una plantilla depresiva, camino de un descenso y dirigida por un inexperto Alessio Lisci.

Ya fue una broma pesada, la elección del mentalista Mehdi Nafti y de la que, por inacción, por omisión o por evitar un conflicto con Quico Catalán fueron corresponsables el presidente Pablo Sánchez, el consejero delegado e inversor José Danvila y Braulio Pastor.

Ya es muy cuestionable que, después de la negligencia con Nafti y de mantener un segundo año a Calleja para cuestionarlo antes de terminar la primera vuelta, Miñambres esté legitimado para fichar a un nuevo entrenador. ¿Con qué garantías?

Si el Consejo valora su continuidad como director deportivo, porque lo necesita para realizar ventas importantes de jugadores que alivien la maltrecha situación financiera, al menos que fiche a un entrenador contrastado como Vicente Moreno, como Álvaro Cervera o como Sergio González que llevan muchos partidos en Primera y en Segunda división.

A lo mejor, este perfil de entrenadores no le interesa, porque no admiten injerencias para que Fabricio juegue con calzador porque hay que venderlo este verano o para que Buba Sangaré esté en el escaparate, aunque todavía no se encuentre preparado para competir al nivel que exige la categoría.

Si termina llegando Claudio Giráldez al banquillo de Orriols con un bagaje de dos temporadas en el filial del Celta en Primera RFEF y el Levante no funciona, ya no será una responsabilidad de Felipe Miñambres, será de un Consejo de Administración que lo permitió y que ya experimentó con Quico Catalán decisiones nefastas para el club con las contrataciones de Javier Pereira, Alessio Lisci o Mehdi Nafti.

Danvila, te estás jugando tu pasta y la viabilidad del Levante como sociedad, si Miñambres quiere jugar a los entrenadores que se compre un club o que inyecte 23 millones de su patrimonio personal.

José Manuel Alemán

Redactor de Deportes en Radio Valencia