Las entidades memorialistas denuncian la imposición "por la puerta de atrás" de una visión revisionista y "demencial" del franquismo

València

La nueva Ley de Concordia, que derogará la Ley de Memoria Democrática, indigna y preocupa a las asociaciones memorialistas, que creen que es una forma de imponer por la puerta de atrás el pensamiento único y una visión revisionista de la Historia de España. La norma apuesta entre otras cosas, por "no reabrir las cuestiones de la legitimidad de los regímenes, que forman todos, sin excepción, parte de nuestra historia patria". Para Matías Alonso, presidente del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, significa igualar la democracia con el golpe de estado, la legitimidad con la represión y a las víctimas con los verdugos.

Además, a Alonso le quedan muchas preguntas abiertas, porque señala que la nueva norma solo tiene cinco artículos frente a los 65 de la elaborada por el Botànic, siete páginas frente a 43, lo que deja a la interpretación muchas cosas concretas. Por ejemplo, las exhumaciones. La nueva norma dice que las mantendrá aunque paraliza todos los procesos que no suponen sacar restos de fosas, pero no detalla nada sobre el procedimiento a seguir, cosa que sí que hacía la norma que va a ser derogada. Para Matías Alonso, ello demuestra el escaso interés del Consell por llevarlas a cabo. Las que están ya iniciadas y presupuestadas se harán, pero se pregunta qué pasa con las familias que todavía no han pedido sacar a los suyos de las fosas o que no tienen identificado el lugar donde están enterrados. Sobre otras frases del preámbulo de la ley, como la que denuncia la "visión sesgada de ese conflicto cuya única finalidad es alimentar una división partidista en la sociedad", dice Alonso que las asociaciones memorialistas han hecho y hacen un trabajo justo y equilibrado, y que la ayuda a las familias de represaliados por el bando republicano también están cubiertas por estos mismos grupos.

Pero no son las únicas cosas que quedan en el aire. También otros asuntos como los vestigios franquistas y su retirada. Alonso cree que se dará el proceso contrario, que se intentarán proteger cosas como los blasones de águilas en las fachadas o las listas de mártires de un solo bando en las fachadas de las iglesias. Y sobre las sanciones previstas en la ley estatal, teme que, aunque el Consell se vea obligado a aplicarlas, puede interpretar, en aras de su concepto de concordia, que se puede sancionar también a quienes critican el fascismo.

Otro de los asuntos sobre los que queda una incógnita es sobre el futuro de los lugares de memoria, que no solo están previstos como tal en la norma autonómica sino también en la estatal. Como la estatal seguirá vigente, se pregunta Alonso, qué pasará con todos los lugares de memoria valencianos y si serán a la vez lugares de memoria y de concordia. Aunque en algunos casos, dice, como el del paredón de España en Paterna, la consideración de concordia resulta indignante.

Sobre si prevén movilizaciones en rechazo a la proposición de ley, asegura que sí, porque la situación no puede quedar así.

Únete al canal de WhatsApp de la SER