Malestar en el PSPV de Castellón por las presiones en la ejecutiva autonómica y la elección de los miembros
Fuentes socialistas consideran que Ferraz ha atendido las presiones de líderes castellonenses con peso en Madrid

GRAFCVA9548. BENICÀSSIM (CASTELLÓN), 24/03/2024.- La nueva secretaria general de los socialistas valencianos la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades Diana Morant, saluda a los asistentes al congreso extraordinario, junto a Alejandro Soler (izqda), presidente del partido; y Carlos Fernández Bielsa vicesecretario general, en la última jornada que clausura el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE/Andreu Esteban / Andreu Esteban (EFE)

Este pasado fin de semana se celebró el Congreso del PSPV autonómico en Benicàssim, que ha elevado a la ministra Diana Morant al liderazgo del partido en la Comunitat. Las presiones en la nueva ejecutiva autonómica ha generado malestar en el PSPV de Castellón.
La elección de los miembros de la ejecutiva autonómica ha causado malestar en el PSPV de Castellón de la Plana. En primer lugar, porque los socialistas han relegado a un segundo plano a Rafa Simó, que se presume como alcaldable en Castellón en las próximas elecciones municipales y ha quedado debilitado en el congreso. En segundo lugar, porque no se ha apostado por miembros destacados del grupo municipal, como el caso de Patricia Puerta o José Luís López.

Fuentes socialistas consideran que Ferraz ha atendido las presiones de líderes castellonenses con peso en Madrid. Un hecho que ha generado un importante malestar.
En la ejecutiva autonómica destacan nombres como la alcaldesa de la Vall d’Uixó, Tania Baños, el alcalde de Vila-real, José Benlloch, o la portavoz adjunta en Les Corts, María José Salvador.
La ejecutiva recoge diversas sensibilidades dentro del partido e incluye nombres como la alcaldesa de Altura, Rocío Ibáñez, la alcaldesa de Sant Mateu, Ana Besalduch, así como el ex líder socialista, Ernest Blanch, o representantes de la agrupación de Castellón, como el caso de María Victoria Garrido y Valeria Torregrosa.




